XXI- I'm Only Human

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Cuando volvió al departamento, tomó las cajas con mala gana y las llevó por el elevador hasta el departamento de Brendon. Se sentía realmente extraño, como... drenado. Nunca había llorado, menos así. Sorprendentemente, había logrado que las lágrimas pararan, pero eso no hacía que se sintiera menos vacío. Vaciló un instante antes de sacar las llaves y abrir la puerta.

Claramente, se había retrasado y había llegado mucho más tarde de lo que se supone que llegaría, lo que significaba que Brendon había llegado antes que él. Cuando sintió la puerta abrirse, se paró de donde estaba y miró en dirección a la entrada. 

Ryan abrió la puerta, teniendo cuidado con las cajas. Caminó lentamente hasta el mesón de la cocina. Sólo después de dejarlas se percató de que Brendon lo estaba observando, parado en medio de la sala. Tenía puesto un buzo color negro y una sudadera gris que le quedaba grande. Tanto tiempo que llevaba con él, ahora sabía que cuando salía se arreglaba, pero instantáneamente al llegar de vuelta se cambiaba de ropa a algo que le quedara cómodo. Lo miró de vuelta con los ojos entrecerrados, cansados.

—Hola...—dijo el mayor, jugueteando inquietamente con sus dedos. Brendon se lo quedó mirando medio confundido.

—¿...Te cortaste el pelo?—preguntó, dirigiéndose hasta Ryan.

Ryan se encogió de hombros, haciendo un ademán. Tenía los ojos pegados al suelo. Brendon puso su mano en su mejilla, en un intento de que lo mirara.

—¿Bombón?

El mayor soltó el aire que tenía aprisionado dentro de sus pulmones y cerró la distancia que había entre Brendon y él, abrazándolo con fuerza. Había hecho esfuerzos inimaginables para detener las lágrimas, pero en el momento exacto en que su cabeza se acomodó en la curva del cuello del menor no pudo evitarlo, y comenzó a llorar nuevamente. Brendon le correspondió el abrazo, acariciando su espalda suavemente. Tenía el ceño fruncido, queriendo saber qué era lo que le había pasado a su... ¿Novio? Claramente, no era tiempo para ponerse a pensar qué era lo que había entre ellos. Solo sabía que lo amaba y ahora Ryan lo necesitaba.

—Hey, ¿Qué pasa?—preguntó, haciendo su tono de voz lo más tranquilizante posible.

—Soy tan... débil, Brendon.  No sé que me está pasando.—la desesperación resaltaba en su voz. Sus brazos se envolvían alrededor del menor con una fuerza impresionante, como si se fuera a derrumbar en cualquier momento.

—Está bien... Está bien sentir cosas bombón, llevas tanto tiempo reprimiendo todo, solo necesitas un descanso.

Ryan lo miró a los ojos por unos segundos, dándose cuenta que lo decía del corazón, y que probablemente era verdad. Volvió al abrazo, llevando sus manos al cabello del menor para acariciarlo lentamente. 

—Aparentemente soy una abominación.—dejó salir un sollozo, volviéndose más vulnerable cada vez. Brendon besó su hombro, sin soltar el abrazo.

—Eres un tesoro.

Ryan se separó, tallando su rostro.

—Me quebré, Brendon. Estoy... Sintiendo, ¡Y es h-horrible!

—Hey, todo estará bie...

—¿Cómo lo sabes?—le interrumpió Ryan—¿Por qué dices esas cosas? ¡Soy un asesino, Brendon! Sabes todas las cosas que he hecho, ¡¿Por qué sigues conmigo?!—estaba realmente desesperado. Brendon nunca lo había visto así, tan real...tan humano.

—Porque te amo. Te amo y al parecer, no importa cuantas veces te lo repita, nunca es suficiente para ti. Te amo, Ryan. De verdad. De... v-verdad.—Ver a Ryan así, lo volvía emocional. 

Karma Police //Ryden//Where stories live. Discover now