Capítulo 3

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Sus padres habían salido hace media hora. Desde que murió Elena, habían ido a visitarla varias veces pero Natalia se negaba a ir con ellos. No tenía fuerzas para enfrentarse a eso todavía.

El enfado había desaparecido, dando paso a una tristeza y un vacío que Natalia aún no había aprendido a gestionar y, sinceramente, no estaba segura de que pudiese aprender a hacerlo. Le costaba compartir su dolor con sus padres, como si solo ella lo sintiese. Sabía que estaba siendo muy injusta y que sus padres habían perdido a un hija, pero ella no podía evitar comportarse así.

Lo más cerca que había estado de la lápida de su hermana había sido unos días antes, cuando se encontró con esa chica en el cementerio mientras miraba las esquelas. La chica de los ojos oscuros. Desde entonces no había dejado de darle vueltas. Su encuentro con ella y la búsqueda sobre las historias de las esquelas eran lo único que le ayudaba a centrar su atención en algo que no fuera Elena.

Pero no siempre funcionaba. Ahí estaba ella, delante del ordenador, leyendo por decimoquinta vez los posts del blog de su hermana. No sabía muy qué estaba buscando, pero le hacía sentirse cerca de ella. ¿Tendría su hermana un post que hablase de cómo acercase a la chica de ojos intensos que merodeaba por los cementerios? Soltó una carcajada y se sobresaltó. Era la primera vez que oía su risa desde hacía tiempo. Pensó que a Elena le habría hecho muchísima gracia y se quedó un rato sonriendo. Su hermana siempre había tenido un sentido del humor absurdo y se reía por las mayores tonterías del mundo.

Termino el ultimo post que le quedaba por releer: <<Como hacer que tus vacaciones pasen de coñazo a bombazo>>, en el que contaba que planes hacer con tus amigos y los sitios más chulos donde viajar en verano, porque, a diferencia de ella, su hermana siempre había tenido amigas con las que hacer esos planes.

Cerró el blog y abrió la página donde había copiado las esquelas del cementerio.

Luis, desde que te fuiste, traté de desplegar mis alas para llegar hasta ti. He tratado muchas veces de alcanzarte, pero mis alas todavía no son lo suficientemente fuertes para hacerlo. El día que lo sean, volaré sin cesar hasta encontrar la paz de nuevo a tu lado. Te quiere, Adela

Natalia podía sentir cada trazo de dolor que escondían aquellas palabras, pero a la vez notaba arder el amor que hablaba tras ellas. Había tratado de averiguar a quién pertenecía esa primera esquela, la que la hizo darse cuenta del error que ella había cometido. Adela se había guiado por el amor y había escrito desde lo más profundo y recóndito de su corazón para así honrar la memoria de Luis.

Puso en el buscador los nombres de esas personas seguidos del nombre del pueblo y, aunque al principio no encontró nada, logró dar con algo interesante cuando añadió alguna de las palabras de la esquela.

Adela era una mujer de 81 años que había perdido a su marido, con el que llevaba casada desde los diecinueve años. Tras estar 62 años casada con el mismo hombre, Luis había fallecido hace un año, a la edad de 84 años. Habían vivido toda la vida en el pueblo y tenían un pequeño bar que ahora le pertenecía al hijo de ambos y que había crecido mucho últimamente.

Natalia estaba decidida a conocer a Adela y averiguar más cosas sobre la larga vida que había compartido con Luis. Quería sentir el amor q irradiaban las palabras de aquella esquela.

De repente, su madre llamó a la puerta de la habitación y a Natalia le dio un vuelco el corazón. No los había oído llegar. Cerró todas las ventanas del ordenador rápidamente y bajo a comer. Sus padres la esperaban ya sentados. Veía la preocupación en su mirada, pero ella solo podía pensar en esos ojos oscuros.
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Dentro de nada empieza lo bueno.

Si os gusta y os apetece compartirlo me harías un gran favor para que llegara a más personas :) Muchas gracias.

Espero que os guste <3

gracias guapes :)

La chica de las mil almasWhere stories live. Discover now