1- MTPB

46. Una trampa dócil

Yue Fei nunca ha tenido experiencia en cortejar a nadie.

Comparado con cortejar, parece que su malentendido inicial es más fácil de hacer que cortejar.

Aunque pensando así en su corazón, Yue Fei todavía abrió el navegador y buscó cómo cortejar a la persona que le gusta.

Cuando Gu Wei salió del baño, mirando la apariencia de Yue Fei, era como un adolescente con un adicto a Internet que se quedaba despierto hasta tarde para usar su teléfono, su cuerpo estaba medio enterrado en la cama.

"¿Todavía sin dormir?" Gu Wei enarcó las cejas y se acercó dos pasos.

Al escuchar el sonido, Yue Fei inmediatamente apagó su teléfono y cerró los ojos: "Duerme ahora".

Con una ligera risa, Gu Wei apagó la luz, pero en lugar de descansar en el sofá de la sala de estar como ayer, se acostó junto a Yue Fei.

Sintiendo un chapuzón en el colchón debajo de su cuerpo, el cuerpo de Yue Fei de repente se puso rígido.

"¿No me vas a dar un edredón?"

La voz de Gu Wei no era fuerte, pero podía escucharla claramente en la oscuridad.

Yue Fei empujó silenciosamente la colcha.

No supo cuándo llovió afuera y las gotas de agua cayeron en la ventana del piso al techo, haciéndola vibrar.

"Ve a dormir."

La resina constante le dio a Yue Fei una gran sensación de seguridad, pero sintió que el día extra largo de no hacer nada finalmente había llegado a su fin. La respiración de Yue Fei se estabilizó gradualmente y se quedó dormido.

Por el contrario, el que le dijo al omega que se fuera a dormir, estaba mirando la espalda de omega en la oscuridad con los ojos abiertos, sin dormir.

Estaba lloviendo mucho fuera de la ventana, pero dentro de la casa Yue Fei soñó que estaba en medio de un incendio forestal en un bosque profundo.

había llamas calientes a su izquierda y derecha, solo un lago frío y silencioso no muy lejos detrás de él era su única ruta de escape.

Se dio la vuelta apresuradamente y corrió hacia su única esperanza. Finalmente, después de sumergirse en el agua fría, Yue Fei dejó escapar un suspiro de alivio.

Abrazando a la persona que se metió en sus brazos con satisfacción, oliendo la dulce feromona de omega, el alfa que no dormía al principio relajó su mente y poco a poco se fue adormeciendo.