Capítulo 1: Artur William Fa Lewin.

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"El hombre siempre muere antes de haber nacido por completo."
Erich Fromm.




Después de la charla con la extraña entidad, William de Lewis se encontró en un lugar extraño y sumido en la oscuridad, donde sonidos similares a los de un tambor hacían eco en conjunto de voces muy distorsionadas.



¿Qué es este sitio? se cuestionó William.



Moviendo un poco sus manos pudo escuchar con claridad como el tamborileo de fondo se hacía más y más rápido. ¿De dónde viene ese sonido? Las restricciones de movimiento se hicieron notar con cada estiramiento, eh incomodaron mucho a William.


Extendiendo sus manos y pies en busca de un apoyo, pudo encontrar una posición más cómoda para descansar. Okay, veamos... ¿Dónde estoy? Intentando ver algo entre el mar de oscuridad, no pudo distinguir ni siquiera sus manos en frente de su cara. Bueno, mis ojos no funcionan en este lugar, el tacto y el oído están bien, pero mi gusto y olfato se sienten atrofiados, ni siquiera puedo sentir que estoy respirando.


Pasando sus manos por su cuerpo, William pudo sentir algo conectado a su barriga, específicamente a su ombligo. ¿Eh? ¿Qué es esto? Extrañado, William comenzó a jugar con la cosa conectada a él, o al menos hasta que se dio cuenta, muy tardíamente, de que era esa cosa conectada a él y donde se encontraba. Estoy en el vientre de mi madre. La incredulidad lleno el rostro no visible de William.



Pero ¿Cómo es posible? se cuestionó William, que si pudiera respirar se estaría hiperventilando. No podía entender cómo se encontraba en esta situación, pero recordando que solo hace unos momentos se encontraba en el espacio exterior y hablando muy probablemente con un dios, la idea de viajar al vientre de su madre no se le hizo tan descabellada.

Entonces ¿Qué debería hacer? pensó William tras pasar un tiempo asimilando la noticia.

Debería intentar nacer, ¿No? Con el poco conocimiento que William tenía sobre el embarazo, sabía que tarde o temprano tendría que nacer, pero no estaba seguro de cuando debería salir o si debería hacer algo para ayudar.

Bueno, si no estoy equivocado debería salir por abajo ¿No? dijo mientras trataba de distinguir donde era exactamente abajo, pero sin éxito.



La sensación de tener gran parte de sus sentidos embotados no era placentera y William desearía poder simplemente dormirse para no tener que soportar sus días de esta manera.



Espera ¿Los fetos siquiera duermen? Preguntas como esta eran precisamente la razón por la que William no fue capaz de conciliar el sueño hasta después de un largo tiempo.


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En el transcurso de los días, William se embarcó en una aventura de descubrimientos, motivado más por el aburrimiento mas que por un interés genuino. Entre las curiosidades que destapó, se encontró con el fascinante hecho de que los fetos pueden dormir, nunca experimentan la voracidad del hambre y tampoco respiran como los mortales comunes. Además, los sonidos que resonaban a su alrededor se multiplicaron, convirtiendo su cotidianidad en un auténtico festín para los oídos.

Un cierto estudiante de la UA [QHPS]Where stories live. Discover now