Un cierto estudiante de la UA [QHPS]

Capítulo 22: El Demonio del Miedo.

"He pasado toda mi vida viviendo con miedos y hoy quiero enfrentarlos."
Lil Rel Howery - Buddy

La gran batalla de Izuku y William tenía lugar en medio de las casi ruinas de un castillo hecho enteramente de cojines, el héroe se encontraba resistiendo todos los ataques del gran villano, pero este poco a poco ganaba terreno con sus ataques de almohadas.

—No perderé, smash. —Izuku tomo una almohada en cada mano y giro con fuerza sus brazos como si fuera un ventilador, logrando así una serie de ataques de almohadas ininterrumpida contra William.

—Tus habilidades no servirán de nada —dijo William que en un último ataque desesperado lanzo su arma, una almohada más grande que las demás, directo al castillo de cojines.

El endeble y poco estable castillo no pudo soportar el impacto y se desmoronó sobre sí mismo como si fuera un castillo de cartas.

—Ja, ja, ja ¿Dónde quedo el héroe que los protegería? —pregunto William de brazos cruzados frente a un Izuku aturdido por la jugada de su amigo.

—...

—¿Qué el gato te comió la lengua?

—Puede que no salvara el castillo, pero en nombre de todas las personas que lo habitaban lo vengaré. —Con más ganas que antes, Izuku reanudo sus ataques dobles contra un William que ya no tenía forma de defenderse.

—Espera no.

La lluvia de almohadazos solo se detuvo cuando se dieron cuenta de que tenían un espectador, un chico pálido, de ojos rojos, cabello negro y mutaciones que lo hacían ver como un demonio.

—Hola, soy Izuku Midoriya y él es mi amigo William de Lewin —se presentó Izuku a la vez que le extendía la mano a William para ayudarlo a levantarse.

—...

—Wow tus alas son increíbles ¿Puedes volar? —William, al ver que el chico se sentía un poco incómodo trato de cambiar el tema.

—Bueno yo...

—También tiene cola —añadió Izuku.

Daichi no entendía porque estos niños menores que él no le tenían miedo, sino todo lo contrario, lo veían con interés, pero no era un interés malo, solo interés... Daichi no sabía si eso tenía sentido alguno, pero le bastaba.

—Soy Daichi sherg... y no, no puedo volar, mis alas son muy pequeñas todavía.

—Aun así, son increíbles —dijo Izuku.

—Gracias...