Capítulo 58: Atajos.

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"Solamente está exento de fracasos, el que no hace esfuerzos."
Arzobispo Richard Whately


"Nada en este mundo es un regalo. Todo debe ser adquirido mediante el aprendizaje y el trabajo duro."
Carlos Castañeda



¿Qué es la magia? —dijo William mientras veía el modelo de una esfera que se posaba justo sobre su cara mientras descansaba en su cama.

Antes podría haber dicho que era lo que ven hoy mis ojos, pero ahora... ¿Qué es para mí la magia? —William dividió la esfera en cuatro partes iguales y las movió de distintas formas por la habitación.



William siguió con estas preguntas hasta bien entrada la noche, donde al cerrar sus ojos regreso a un lugar que no pensó ver en un tiempo, él había regresado a su mente, claro si es que alguna vez salió de ese lugar.


William rápidamente camino hasta el cristal más grande que había en el lugar, su madre le había hablado de él, era la cristalización del conocimiento, es todo lo que sabe, todo lo que es y todo lo que puede ser.


Cada persona ve su paisaje mental de una forma única, mi madre dijo que ella lo veía como un montón de colores, mientras que el paisaje de mi padre era una llanura sin fin. El punto de este lugar era desconocido y eso era lo que lo hacía tan especial.


Este lugar podía ser todo lo que William deseara, era su mente y podía retorcerla de la manera que quiera en cualquier momento y forma, pero desafortunadamente el aún no era capaz de hacer algo como eso, según su madre tenía que cultivar el primer reino.


Esto no desmotivo a William, por lo contrario, le encantaba el lugar tal y como era, lo único que podría mejorar sería añadir algunas edificaciones y muebles para estar más cómodo, pero en general era un lugar cuanto menos mágico.



Este lugar es...

¡William, la comida está lista!



Sacado de su burbuja, William abrió sus ojos notando la luz que entraba por la ventana junto a su cama, ya era de mañana y todo el tiempo que había pasado en su mundo mental no había dejado descansar del todo su mente.



Demonios...



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Ya en el kínder William tomo asiento en la silla de la discordia, un asiento que había ganado a base de tachuelas. Bakugou no lo había molestado a él ni a Izuku desde el incidente en el templo, parecía que el haberse enfrentado a un verdadero villano los ponía en un pedestal a sus ojos.



Buenos días Izu —dijo William al ver llegar a su mejor amigo.

Un cierto estudiante de la UA [QHPS]Where stories live. Discover now