Alcoholizadas.

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Mariana no tuvo de otra más que cumplir con su parte del trato, fue chófer de Marcia por todo un mes, déjenme decirles que fue un mes bastante largo, entre llevarla a sus clases, hacer algunos trámites de gente adulta y luego cosas que tenían que ...

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Mariana no tuvo de otra más que cumplir con su parte del trato, fue chófer de Marcia por todo un mes, déjenme decirles que fue un mes bastante largo, entre llevarla a sus clases, hacer algunos trámites de gente adulta y luego cosas que tenían que ver con el restaurante, las dos quedaban realmente molidas. Es por eso que hoy se dieron el gustito de descansar, bueno en realidad iban a alcoholizarse en el cuarto de Marcia mientras se ponían mascarillas en la cara pero era un buen plan para celebrar que ese mes tan pesado terminaba para Mariana.





– ¿Qué película vamos a ver?

– Eso lo decidimos después, ahora vamos a escuchar buena música para entrar en ambiente Marcia

– Creí que para eso sólo se necesitaba el vino — levanta la botella

– También, eso es indispensable por supuesto — sube el volumen — Pero sin esto otro, estaríamos llorando por nuestra pésima vida amorosa y por las metas que jamás cumplimos

– Ay cállate — clava el destapa corchos en la botella — No me hagas recordar eso

– Por eso escuchar Jazz nos va ayudar — toma su copa vacía y hace un bailecito

– Lo que quieres es beber como las mujeres en los 70? — ríe

– Exacto, como mujeres sofisticadas que somos

– ¡Uy si! — pelea con el corcho — Exageradamente sofisticadas somos tú y yo — pone la botella entre sus piernas — Maldito corcho

– A ver — ríe — Deja que lo haga yo

– No, ya casi sale... — jala una vez más abriendo la botella — Que te dije — sonríe — Las copas por favor

– ¿Ya sacaste las mascarillas?

– Están sobre la cama — llena las copas — Antes estuvieron un rato en la nevera, ahora no estarán tan frías

– No las congelaste como la última vez ¿Verdad?

– Aquella vez se me olvidó que tendríamos nuestra noche de señoras, así que las metí al congelador, sólo que se me olvidaron — ríe antes de darle un sorbo a su copa

– ¡Empecemos entonces!





La verdad es que la música logró ponerlas a tono con la bebida, las mascarillas hicieron el favor de relajarlas un poquito más pero no demasiado ya que de eso se encargaría el vino. Entre copas y copas, las dos comenzaron a surcar las etapas de la ebriedad, la primera que es bien alegre donde creen que la vida es maravillosamente bella, la siguiente que las pone optimistas haciéndolas crear mil nuevos planes, luego viene la etapa de la pendejez, si, esa donde haces alguna estupidez; en este caso fue un reto que consistía en llenar la copa, debían beber todo el vino sin respirar, la que lo hiciera primero ganaba.

Por supuesto salió mal, Marcia casi se ahoga y Mariana se atragantó, de tanto toser le terminó saliendo vino por la nariz. Fue una escena exageradamente graciosa para Marcia que se encontró riendo por al menos tres minutos, cada que veía la cara de su amiga una nueva carcajada se presentaba pero como era de esperarse llegó la etapa del llanto, empezó Mariana al recordar a su ex, nombreeee si les contará sobre ese cucaracho.





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