No Así.

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Al llegar el mediodía Marcia acomodó sus cosas y aviso que ya no volvería, se encontró con Esteban frente al elevador y bajaron juntos hasta el estacionamiento, como esta vez se trajeron sus camionetas tuvieron que jugar dos rondas de piedra, pape...

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Al llegar el mediodía Marcia acomodó sus cosas y aviso que ya no volvería, se encontró con Esteban frente al elevador y bajaron juntos hasta el estacionamiento, como esta vez se trajeron sus camionetas tuvieron que jugar dos rondas de piedra, papel o tijera para saber quien manejaría hasta el restaurante, al final Esteban fue quien ganó. Llegando al restaurante los encaminaron hasta su mesa junto a la ventana, tomaron asiento y charlaron mientras revisaban la carta.




– Todo se lee muy rico ¿Qué vas a pedir mi amor?

– Aún no lo sé, estoy entre la lasagna de pollo o ravioles ¿De qué? No tengo idea

– Los ravioles de espinaca en salsa cuatro quesos suenan bien

– Normalmente pides los de carne o el de jamón y queso ¿A qué se debe el cambio?

– Tú despertaste más romántica, yo un poco saludable — ríe — El equilibrio es la salsa de cuatro quesos




Ella se le quedó viendo con una sonrisa por unos cuantos segundos, internamente se estaba debatiendo si este era el momento para decirle o esperaría hasta después de comer, también se preguntaba si sacar el body de su bolso era la mejor opción, podría simplemente decirle "Estoy embarazada" o "Vamos a ser papás".




– Mi amor ¿Está todo bien? Como que te me perdiste en el espacio — sonríe tomando su mano

– Perdóname cielo

– ¿Te está pasando algo mi vida? ¿O estás cansada? Sabes debimos ir a casa, después de almorzar con los niños podrías recostarte...

– No, no es eso, bueno si estoy un poco cansada pero no cambiemos nuestro lindo plan improvisado

– ¿Segura? Porque tampoco me desagrada la idea de que tú y yo estemos acostados y abrazaditos

– Podemos agregarlo a nuestro plan — ríe — Pero de verdad, quiero estar aquí contigo, comer rico y también tengo algo que con...

– ¿Esteban?




Él giro la cabeza para observar a la mujer que lo había llamado, Marcia ni se molesto en hacerlo pues ya sabía de quien se trataba, sólo soltó la mano de Esteban cuando esté se levantó para saludar; se trataba de Paula, después de que Esteban le dio asesoría a su padre los dos retomaron algo parecido a una amistad, obviamente esto a Marcia no le hacía ni un poco de gracia pero  quería comportarse como una adulta, ignorando y poniendo una sonrisa falsa en su rostro.




– ¡Que coincidencia encontrarte aquí! Ay mira viniste con Marcia, hola ¿Cómo estás?

– Hola, muy bien ¿Y tú?

– Bien ¿Vienen seguido? — vuelve su vista a Esteban

– Más o menos, este restaurante es mi favorito y lo guardamos para ocasiones especiales

Etéreo Where stories live. Discover now