Etéreo

Brilla-Brilla ¡Brillantina!.

Aquella primera semana había sido bien interesante, por más que para Tintín y Tontón les fue prohibido interactuar con Marcia, ninguno hizo caso, ellos continuaron con su sistema de puntos, por ahora iban bastante parejos aunque Esteban la tenía más complicada dado que Marcia tenía ciertas reservas hacía él, digamos que su reputación había echo eco y podía oler sus intenciones desde lejos; sin embargo continuaban interactuando pues es el hijo del jefe de jefes.

Por obvias razones Marcia se ganó el caso pro bono, el otro muchacho había abandonado las practicas pues se dio cuenta que lo de ser abogado tal vez no era la mejor decisión que tomo hasta ahora, en fin Marcia lo hizo espectacular, tuvo ciertos nervios al principio pero con la ayuda de Dario fue todo más sencillo. Ahora comenzaba lo bueno, Marcia estaba entrando a su última semana en el Bufete, lo que significaba que habría un ganador en este loco y retorcido juego pronto, ahora las jugadas eran mil veces más fuertes.

El otro día Esteban decidió traerle su pastel favorito ¿Cómo averiguo que era ese? La respuesta aún es un misterio pero Lucrecia iba a usar un arma más fuerte, había estudiado a Marcia y podía deducir que los niños eran de su agrado ¿Ya captaron? ¿No? Bueno. Usaría a su sobrino ¡Si! Mocosito entraria en escena pero a favor de su tía ya que a Esteban esta idea no se le había ocurrido, como el mocosito contaba con una Nana, tuvo que esperar a que Inés se lo llevara a casa de sus padres, ya que pues... Inés vivía ahí, iba a ser mil veces más sencillo pedirle el niño prestado a su hermana que a la Nana, está podría avisarle a Esteban.

– ¡Hermana! — sonrió yendo hasta donde estaba sentada — ¿A qué se debe esta inesperada visita? Tú no sueles venir a la casa a menos que pase algo importante

– Hola Inés ¿Cómo estás? ¡Yo estoy excelente! Gracias por preguntar, eso es muy considerado de tu parte

– ¿Apoco ahora sigues todo el protocolo social?

– Supe que te estás encargando del Mocos... digo Huguito

– Si, hoy la Nana de Esteban tuvo un problema familiar y yo sentía que me hacía falta convivir más con Hugo

– Ya veo, lo que pasa es que venía a decirte que Mamá quiere verte

– Que raro, no me dijo nada, además ella está en la hacienda desde hace unos días

– Lo sé, parece que hubo un malentendido con los trabajadores, no quiso que papá se entere — hace una mueca — Ya sabes como se pone, en fin, me llamo y exigió mi presencia allá, sólo que no puedo ir hasta tan lejos ahora, así que vas tú, Esteban esta en el juzgado

– ¿¡Pero y Hugo!?

– Ay por él no te preocupes, yo me quedo con él hasta que Esteban salga del juzgado

– ¿Tú? ¡Por favor! Lucrecia no sabes lidiar con niños

– Ay Inés, no lo voy hacer yo, mi asistente se va encargar — dice con obviedad