Té y Café.

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Para cuando Esteban regreso a la casa esta se encontraba en silencio, de hecho casi todas las luces estaban apagadas a excepción de las lámparas que te permitían ver parte de los escalones y el comedor, eso le confirmo que sus hermanas ya se había...

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Para cuando Esteban regreso a la casa esta se encontraba en silencio, de hecho casi todas las luces estaban apagadas a excepción de las lámparas que te permitían ver parte de los escalones y el comedor, eso le confirmo que sus hermanas ya se habían ido, prenso una leve sonrisa antes de subir al segundo piso de la casa, reviso que Hugo estuviera durmiendo y al constatar que si fue directo a su cuarto, Marcia estaba acostada en medio de la cama como siempre, aunque está vez sobre su costado, andaba en pijama y con el cabello levemente mojado.




– ¿No me ibas a esperar? — gatea en su dirección hasta acomodarse a su lado

– Hola — murmura — Si, sólo cerraba mis ojos ¿Por qué tardaste tanto?

– Había una charla pendiente con tu abuelo, así que me invitó a subir

– ¿Ya te amenazó para que me pidas matrimonio? — sonríe

– Ya, dice que debemos estar casados para que el niño o niña no sienta que podemos separarnos por cualquier pleito

– ¿Y que piensas tú?

– Que tiene razón, además así sería más fácil que adoptes a Hugo ¿Y si nos casamos? Podríamos tener una ceremonia chiquita

– Mi cielo, estoy muy cansada para hablar de eso — dice mañosa — ¿Por qué no lo hablamos en la mañana?

– Tienes razón — besa su mejilla — Me voy a dar un baño rápido y ya estoy contigo

– Pero apúrate — abraza su almohada

– No me tardó — sale de la cama




Aunque realmente no se tardó, cuando salió con la pijama puesta Marcia ya dormía profundamente, sin hacer mucho ruido subió a la cama y se metió bajo el edredón, la abrazo por la cintura y cerró los ojos, la verdad es que no le costó nada dormirse, hoy había sido un día bastante pesado, aunque ninguno debía asistir al trabajo mañana, aún así se despertaron temprano le preparo a Esteban café mientras él veía Hora de Aventura en la sala, como ella detestaba el descafeinado prefería beberse un té.




– ¿Te trajiste el edredón de nuestro cuarto? — le entrega su taza

– Es una mañana fría

– Porque llovió anoche pero tampoco está muy fría — sube las piernas sobre las suyas

– Sigue nublado y parece que va a llover de nuevo, así que bajara la temperatura

– Bueno pero luego vas y arreglas la cama

– Hecho — sonríe dándole un beso — Gracias por el café

– De nada, debía consentir a mi niño mayor

– Oye, para que sepas está caricatura tiene enfoques profundos, hay peleas, hay amor y mucho misterio

– ¿Vas a querer las galletas que sobraron de ayer niño mayor?

Etéreo Where stories live. Discover now