Panqueques de Ositos.

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Apesar de que ambos pasarían aquel día en casa, olvidaron apagar sus alarmas, lo que en cierto modo fue bueno ya que Marcia pudo levantarse sin que Esteban le estuviera detrás, el pobre ni había escuchado la alarma en sí

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Apesar de que ambos pasarían aquel día en casa, olvidaron apagar sus alarmas, lo que en cierto modo fue bueno ya que Marcia pudo levantarse sin que Esteban le estuviera detrás, el pobre ni había escuchado la alarma en sí. Mientras Marcia bajo a la cocina para preparar unos tiernos panqueques en forma de ositos para los niños que no tardarían mucho en despertar; una vez la segunda alarma se encendió, Esteban se encontró solo en la cama, rápidamente se puso de pie buscando a su esposa en el baño, al no encontrarla ahí negó con la cabeza saliendo del cuarto.





– Señora, el desayuno de los niños le quedó tan bonito, hasta da pena que se lo coman — ríe Delia 

– Así no habrá forma de que prefieran el cereal, ya batallo mucho con ambos tratando de hacer que coman fruta en el desayuno, tal vez está alternativa sirva

– ¡Aquí estas! — cruza los brazos

– Esperancita, ve a despertarlos por favor

– Si señora

– Mi amor, deberías estar acostada no preparando el desayuno

– Después del desayuno volveré a la cama, además ya terminé, estaba por sentarme

– Mi amor...

– Esteban, no estoy haciendo ningún esfuerzo, además con lo intenso que estas — toma asiento — Probablemente no me dejes ni bajar a almorzar con los niños en unas horas, la idea de reposo es estar en mi casa, tranquila sin estresarme, no encadenada a la cama

– ¿Está enferma señora? — le deja su taza de café enfrente

– Preparale un té Delia, no puede tomar café hasta nuevo aviso

– Pero... Señora ¿Necesita algún cuidado especial? ¿Debo cambiar el menú?

– Tranquila Delia, sólo me recomendaron reposo y suspender el café porque he estado bajo mucho estrés pero ya conoces a tu patrón, es un intenso

– No soy intenso — se sienta a su lado bebiendo del café que era para ella — Te estoy cuidando

– ¿Que té le gustaría?

– Cualquiera, sólo quiero algo caliente para despertar — sonríe




Delia regreso a su cocina al percibir que pronto su Patrón iniciaría con el típico interrogatorio, en estos cuatro años trabajando para ambos, cada que Marcia salía enferma este era el ritual.




– ¿Volvió el dolor?

– No

– ¿Segura? ¿No me estas mintiendo?

– Muy segura pero si me sigues atosigando probablemente regrese

– Mi amor me preocupo por ti

– Y lo aprecio pero trata de relajarte, me empiezas a estresar con tanto sobre cuidado cielo, no soy de cristal

Etéreo Where stories live. Discover now