Etéreo

¡No Te Rías!.

Para el horario de almuerzo Lucrecia tocó la puerta de la oficina de Marcia, traía su tupper con comida como siempre, ya se había enterado de lo que ocurrió horas antes pero como no pudo venir en ese momento, lo hacía ahora, tuvo que tocar nuevamente ya no que recibió respuesta, Marcia seguía dándole vueltas y vueltas al asunto que no la escucho la primera vez.

– Lo siento, pasa por favor — suspira acomodándose en su silla

– ¿Quieres hablar de lo que pasó aquí hace rato? ¿O almorzamos y chismeamos de la abogada familiar? Me entere de un buen par de cosas — se sienta frente a ella

– Ambas cosas... ¿Tienes algún adelanto para mi, tengo que prepararme para un problema enorme?

– No creo que a Esteban le moleste el hecho de que Hugo te llamará mamá, osea debió escuchar la palabra en cualquier parte — le resta importancia — Y sinceramente mi madre hace drama por todo, así que no creo que pase a más

– Ella estaba furiosa Lucrecia

– Eso oí pero no fue culpa tuya Marcia, ahora resulta que si el niño te llama "mamá" ¿Debemos condenarte? Háganme el favor... ¿Y esta carpeta?

– Es la propuesta de Ricardo para hacerme socia de su próxima firma

– ¿Ya la revisaste?

– La medio leí ayer pero tengo tanto en la cabeza que no le preste mucha atención — masajea su cuello

– ¿Qué te ofrece?

– Pues por ahora no mucho ya que la firma aún no existe, no hay socios suficientes pero si considero aceptar, debería invertir cierta cantidad, sería la principal abogada criminalistica

– Déjame entender... ¿Osea que serias como la jefa de los otros abogado en criminalistica?

– Si, es como la jefa de sector, tendría un sueldo bastante grande, además de acciones — hace una mueca masajeando los lados de su cabeza

– Es una propuesta bastante buena

– Suena buena es verdad pero nada de eso se cumpliría si no hay los socios suficientes que hasta ahora es así

– Tienes razón, sigue siendo una inversión de alto riesgo pero... ¿Aceptarías?

– Bueno es que no lo sé, estoy muy agusto aquí, ya le voy agarrando el ritmo a todo, no sé si quiero empezar de nuevo, además antes de poder hacer para lo que realmente estudie, tendré que estar presente en miles y miles de juntas para que se vuelva posible y ahora... — se muerde el labio pensando — No quiero hacerlo

– Escucha está es una gran oportunidad que podría traterte bastantes cosas buenas de aquí a unos tres o cuatro años, yo digo que te sientes a considerarla y no la descartes tan pronto

– Creí que no quería que me fuera

– Y no quiero pero en verdad es una gran oportunidad, sólo quiero que hagas lo que más te convenga, aunque eso signifique que ya no pueda meterme a tu oficina para esconderme o hablar mal de la gente