Pancita.

330 47 38
                                    

– Licenciada ¿Segura que no quiere ir a casa a descansar?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

– Licenciada ¿Segura que no quiere ir a casa a descansar?

– No te preocupes Merche — bosteza — Me iré, sólo que antes tengo que darte estos documentos para Manolo, recibir a uno de mis clientes y eso es todo

– Ay Licenciada, la veo tan cansada, debió dejar todo esto para otra hora ¿Tiene problemas para dormir? Oiga mi madre le preparaba un té a mi hermana cuando no podía dormir por el malestar del embarazo, si quiere le pregunto que yerba usaba y se la consigo

– No es esta bebé la que no me está dejando dormir — sonríe — Se trata de mi otro bebé, Rafa tiene problemas para dormir, Esteban y yo nos estamos desvelando por eso

– Ay ¿Con el pequeño? Pobrecito

– Me parece que ya le está picando el bichito de los celos por su futura hermanita, va a dejar de ser el más chiquito

– Pero es sólo una face Licenciada, ya verá que pronto la supera

– Eso espero porque sino, tendré ojeras como la de los osos pandas — le entrega un par de carpetas — Sé que Manolo salió ahora pero entrégale esto a su secretaria, lo va a necesitar después

– Si Licenciada ¿Quiere que le averigüe lo del té para cuando lo ocupe?

– Sólo si no es una molestia, de todos modos ahora no es una prioridad, la chiquita se porta muy bien — ríe revisando los archivos que tenía en la laptop






Al estar sola nuevamente, se concentró en un par de cosas hasta que recibió a su cliente, apesar de que seguía pasando más tiempo en casa que en la oficina, habían casos que no terminarían en la corte más que para una sentencia mínima, por lo que podía encargarse de eso fácilmente, luego de hablar con ese cliente aprovecho los minutos de silencio para cerrar los ojos por unos segundos. Estaba exhausta al igual que Esteban, fue una semana bastante dura de lidiar porque el miedo al monstruo que sentía Rafa, había empeorado, ahora prácticamente dormía en medio de sus papás pero se despertaba mucho en las noches.






– Mi amor — abre la puerta — ¿Quieres que le diga a Carlos que suba para que te ayude con algo?

– Hola cielo — abre los ojos — No, ahora no me llevo ninguna caja con expedientes

– Mi amor te ves muy cansada — va a su encuentro acariciándole la mejilla — Promete que llegaras a la casa a dormir

– También estas cansado cielo

– Bueno pero no llevo en mi cuerpo a nuestra princesita, prometelo ¿Si?

– Lo prometo ¿Vas a llegar tarde hoy?

– No, de hecho estoy despejando mi agenda para quedarme en casa luego del almuerzo, quiero aprovechar que los niños van a estar con Inés en el club para dormir a tu lado

Etéreo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora