PEDRI POTTER

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-¿Dónde estás? -Estaba en llamada con Quevedo.

-Dónde me habéis dicho.

-No, dónde te he dicho estamos nosotros. -Vi a alguien que reconocía. -Creo que ya te veo.

-¿Sí?

-Llevas la chaqueta North Face, ¿verdad?

-Sí.

-Estamos detrás tuyo, gírate... -Él seguía mis instrucciones. -Más, más... Allí. ¿Nos ves?

-¿Eres la de la coleta? Te veo, con un señor al lado tuyo.

-Sí, es Andrés.

-Ya voy. -Se dirigió hacia nosotros.

A mí me saludó con dos besos y un abrazo.

-Andrés, Quevedo. Quevedo, Andrés. -Los presenté.

-Encantado de conocerte. -Dijo Andrés estrechando la mano.

-Lo mismo digo. Un placer. -Escuchamos a la gente gritar.

-Eso es que ya deben estar entrando, vamos. -Andrés iba primero guiando el camino.

-Esto es una pasada. -Quevedo miraba todo impresionado.

Fuimos a nuestros sitios dónde Paula nos estaba esperando. En primera fila y junto a los banquillos, como siempre.

Se presentaron y se cayeron muy bien, demasiado diría yo.

-Joder, que frío. -Dije bufando mis manos y frotándolas en mis muslos.

-Eres muy friolera. -Me dijo Paula. Me agarró la mano. -Estás temblando, que mona.

-Demasiado, lo paso fatal y aún así sigo sin abrigarme lo suficiente.

-¿Quieres mi chaqueta? -Me ofreció Quevedo.

-Que bonito. -Paula fingió llorar. -¿Cuando me tocará a mí? -Le hablaba al cielo.

-No, no, aguanto. Te vas a congelar tu si no. -La ignoré aunque me pareció gracioso.

-Yo estaré bien.

-Gracias pero no hace falta. -Sonreí.

-Uy, parece que se ha hecho daño. -Paula hablaba de Dembélé. -Ha pedido cambio.

Y efectivamente se lesionó, Xavi tuvo que hacer un cambio obligado, Ousmane al parecer no podía más.

-Pedri, sales. -Le dijo al canario.

Se levantó, se quitó la chaqueta, se puso el peto y empezó a calentar.

Se giró a verme y yo le sonreí y le dije un pequeño suerte.

Él se dirigió a su sitio a coger algo.

Se giró hacia mí con la manta del FCB en las manos y me la lanzó por encima de los banquillos.

La cogí, era lo que más deseaba en esos momentos.

-Gracias, lo necesitaba. -Dije en una pequeña risa.

-Se te notaba sufriendo. -Me sonrió.

-Se te ha iluminado la cara y todo al ver la manta. -Dice Paula.

-Le quiero tanto... -Caí en lo que dije por los ojos como platos de mi amiga. -Por lo que acaba de hacer, claro. -Los dos asintieron y miraron para otro lado.

Fuimos a la segunda parte con un 0-0 en el marcador.

-Estás calentita eh. -Paula me guiñó el ojo.

UN CIELO LLENO DE ESTRELLAS || PEDRIWhere stories live. Discover now