UN CIELO LLENO DE ESTRELLAS || PEDRI

ADIÓS, BARCELONA

-¿Y si...? -Se estaba quedando ya sin ideas de tantas que ha dicho ya.

-Paula. Está ya decidido, me voy en una horas. -Dije medio riendo pero en realidad estaba mal. -Llevas toda la semana intentando convencerme y no lo estás consiguiendo.

Estábamos las dos en nuestra área de trabajo.

Yo recogiendo alguna cosilla que me faltaba por recoger y ella pues allí estaba, mirando y desordenándome las cajas par que no me marche.

-Aún me quedan... -Miró el reloj. -¿A qué hora es el vuelo? -Rodé los ojos antes de responder.

-A las 15. Y tengo que estar en el aeropuerto a las 13, con antelación.

-Aún me quedan 3 horas. ¿Porqué tan temprano?

-¿Crees que lo he elegido yo? Han sido los de allí, entre que tardo tres horas en llagar serán las cinco y media aquí, allí a penas las 16 y meda por la diferencia horaria.

-¿Dos horas y media? -Le sorprendió mucho la distancia.

-Sí hija sí.

-¿Pero estás segura? Ha sido todo muy repentino.

-Yo he pedido que fuera lo antes posible y a ellos les pareció bien.

-Martina, abajo te quieren ver. -Entró uno de los de cuerpo técnico.

-¿A mí? -Estaba confusa pero no tenía otro remedio que ir con él.

-Madre mía, Andrés hasta en tú último día de trabajo te va hacer trabajar. -Dijo siguiéndonos entre risas.

Nos llevó a la entrada del campo de entreno.

-Espera aquí. -Me dijo. -Tú ven conmigo. -Se llevó a mi amiga.

Estaba aún más confusa.

Empezó a sonar música.

-¡Ya! -Escuché un grito y supuse que era mi señal para que saliera.

Empecé a caminar y una vez ya fuera en el campo mis ojos se aguaron.

Todos los jugadores, entrenadores, staff, cuerpo técnico... estaban colocados en pasillo mientras aplaudían.

Me tapé la cara con las manos y me quedé quieta sin caminar.

-¡Tienes que pasar! -Gritaron.

-Lo sé pero es que...

-¡Va!

Después de que insistieran tanto caminé por el centro. Saludando y chocando manos con ellos.

Los últimos eran Laporta y Xavi.

Ambos se acercaron a mí para abrazarme.

-Gracias. -Dije en general.

Me limpié las lágrimas.

-De verdad, mucha gracias por todo, este tiempo aquí ha sido... -No me salían las palabras, la voz temblaba, si hablaba lloraba.

-¡Tini! ¡Tini!

Todos corrieron a mí a abrazarme.

-1, 2 y... -Me agarraron. -¡3! -Me alzaron por los aires mientras gritaban.

Después de tanta celebración comenzaron las fotos.

Me regalaron una camiseta con el número 9, obviamente, pero lo especial era que en el dorsal ponía "Super Tini". Es lo que escribieron en el pie de foto de la primera publicación sobre mí en el Instagram de FC Barcelona anunciando mi llegada al club.