AMARILLO Y AZUL

2.3K 142 10
                                    

Estábamos a punto de aterrizar en Tenerife.

Pedri estaba dormido sobre mi hombro.

-Amor, amor. -Intenté despertarle con sutileza.

Pero no hubo forma.

Así que empecé a dejar pequeños besos en su cabeza, sabía que eso no fallaría.

Alzó su cabeza a mi dirección aún con los ojos cerrados y con una sonrisa tierna.

Dejé de darle besitos y me lo quedé mirando.

Abrió los ojos.

-No... -Dijo apenado abriendo los ojos. -Me gustaba.

-Ya hemos llegado. -Dije en una pequeña risa.

Levantó su cabeza de encima de mí.

Y se acercó a darme un beso.

Le agarré de las mejillas y me acerqué a él.

Me dio el beso y puse cara rara.

-Pinchas. -adujé acariciando la barba.

-Otra. A nadie le gusta mi barba. -Dice él.

-Me gusta, te hace más... -No sabía que decir. -...hombretón. -Soltó una carcajada. -Pero es más cómodo sin.

-Ya verás mi madre cuando nos vea. -Se refería a él y a Fernando.

-¿No le gusta a ella tampoco?

-¿Tampoco? -Alzó una ceja.

-Perdona. -Dije con una mueca.

Me había delatado.

-Cuando llegue me afeito.

-Vale. -Dije con una sonrisa de ganadora.

-¿Dejas que te mangonee? -Fer estaba de pie junto a nuestros asientos. -¿Ya? No me quiero imaginar cuando llevéis años.

-Ohhh, ¿crees que duraremos años? -Le respondí porque me pareció bonito.

-¿Tu no? -Pedri me cogió la mano. -Yo sí.

-Yo también. -Acaricié su mano.

-Vale, ¿ahora podemos bajar ya? El avión está casi vacío, solo quedáis los tortolitos.

Solté una carcajada.

-Después de ti. -Le dijo a su hermano mayor.

Este camino hacía la salida.

Pedri se levantó y con él, con las manos aún comidas caminamos tras él.

Nos dirigíamos a por nuestra maleta.

La cogió y salimos del aeropuerto para pillar un taxi.

-¿Estás nerviosa? -Me dijo una vez ya dentro.

-No, no lo estoy. ¿Debería estarlo? Si solo voy a conocer a tus padres Pedri. 

-No sé el qué, pero algo me dice que sí lo estás. -Dijo Fer. 

-¿No? ¿Lo has adivinado tu solo Sherlock? -Respondió irónica.

-Oye, que estés así no es mi culpa. -Bajó del coche el primero. 

Al bajarnos nos encontramos a sus padres frente a la puerta de su restaurante.

Ya era medio día, casi las 14h así que pensamos en pasar primero a comer y dónde mejor que en Bar Tasca Fernando. 

Carmen se dirigió a mí la primera. 

-¡Martina! -Me abrazó y yo le devolví el abrazo. 

-Vaya, mamá, yo también me alegro de verte. -Dijo su hijo a mi izquierda. 

UN CIELO LLENO DE ESTRELLAS || PEDRIWhere stories live. Discover now