UN CIELO LLENO DE ESTRELLAS || PEDRI

BESO TRAS BESO

-Déjalo, ya se cansaran de llamar. -Dijo Pedri medio gruñendo al moverme. -No será importante.

-A mí también me gustaría seguir aquí tumbada junto a ti, pero desgraciadamente el mundo sigue rotando.

-Pues no lo hagas. -Me espachurró entre sus brazos y me dio un pequeñito beso en el hombro. Me zafé de su agarré y pasé mi brazo sobre él para coger el móvil que ya había parado de sonar. -Ves ya han parado. Nada importante. -Me agarró de nuevo, ahora dejándome sobre él.

-Es Andrés. -Dije mirando al móvil.

-Como no. -Su cara me hizo mucha gracia porque rodó los ojos. Carcajeé. -Vas a llamarle, ¿verdad?

-Me temo que sí, es trabajo y Andrés no me llamaría si no fuera importante.

-Vale. -Quitó sus manos de al rededor mío sin ganas.

-¿Que se ha enfadado Pepi? -Reí.

-No. -Dijo serio. Volví a reír más fuerte.

-Eres como un niño pequeño. -Le besé leve.

Me bajé de sobre él para salir de la cama y así llamarle.

Me tapé con la sabana.

Le llamé de vuelta pero tardé en obtener respuesta.

-No si encima ahora se hace el ocupado.

-Si no responde vuelvo a la cama. -Cruzó los dedos.

-Que no conteste, que no conteste... -Dijo con los ojos cerrados.

-¿Hola? -Dije al escuchar a alguien hablar desde la otra línea.

-Mierda. -Pedri echó la cabeza hacia atrás y maldijo, a lo que yo reí.

-¿Todo bien? Es que como me has llamado. -Acabé de conversar con Andrés. -Vale, pues en nada llego. -Asentí al teléfono. -No te preocupes, no hay problema. Nos vemos ahora. -Colgué.

-¿Como que os veréis ahora? -Dijo el de la cama.

-Tengo reunión en poco. Se le olvidó avisarme, me ha pedido que llegue un rato antes. -Me senté en el borde de la cama a su lado.

-Tenía pensado invitarte a desayunar o algo.

-No podrá ser. -Le di otro pequeño beso. -Lo siento. 

-Esto de que seas tan trabajadora me va a costar adaptarme a ello. -Se levantó. -Al menos trabajas en el mismo sitio que yo.

-Tengo que ducharme y hacerlo sola... -Al parecer sabía por dónde iban los tiros. Se levantó corriendo al baño.

-¿Vienes o qué? -Asomó su cabeza por el marco de la puerta y me entró la risa.

-Voy.

Al acabar la ducha salimos y nos vestimos.

-Me quedan 45 minutos justos. -Dije mirando el móvil.

Me puse la misma ropa que llevaba ayer a causa de no tener nada más.

Salimos riendo y hablando de la habitación y nos sentamos en la mesa para desayunar.

-Buenos días. -Le dije a Fernando al verle.

-Y tan buenos. -Rio. -Veo que habéis dormido bien esta vez. -Sonreímos.

-¿Esta vez? -Dije.

-La otra vez me desperté y encontré a este en el sofá. -Me giré a verle.

-Es que la cama es pequeñita como has podido comprobar, no quería molestar.

-Y ahora que le den, ¿no?