UN CIELO LLENO DE ESTRELLAS || PEDRI

POR MENOS DE UN BESO NO CANTO

-Por fin te conocemos. -Le dice Gavi a Quevedo en medio de la cena. -Se ha estado hablando mucho de ti últimamente.

-Mejor dicho de vosotros. -Ferran habla ahora. -Eres un máquina chaval, vaya álbum te has sacado.

-Muchas gracias, me alegra que os guste.

-A nosotros y a el resto del país. -Habló el otro canario.

-Voy al baño. -Paula se levantó. -Martina, ¿me acompañas? -Asentí.

-Nunca entenderé lo de que las tías vayáis juntas al baño.

-Ni falta que hace. -Respondí.

-Vaya... Ya salió el humor de Martina. -Me respondió.

Nos metimos al baño.

-¿Quieres? -Me ofreció pintalabios.

-No, gracias, estoy bien así.

-No llevas nada puesto.

-Exacto. -Sonreí.

-Vale. -Siguió con lo suyo. -¿Qué te iba a preguntar?

-Eso es que no era importante.

-Ya me acuerdo. ¿No se te hace raro?

-No te sigo. -Me sacó del baño y señaló a los dos canarios hablando y riendo.

-Eso. -Volvimos a dentro.

-No. -Cogí el pintalabios y me lo empecé a poner.

-Pensaba que no querías. -Se apoyó a mi lado. -Sí que te incomoda. -Me dio un golpe riendo. -Es normal, a mí también me pasaría si el chico que me gusta y al que le gusto se juntaran y se hicieran amigos. -Le miré seria. -El problema está en que no sabes quién es quién.

-Deberíamos salir ya. -Me marché de vuelta a la mesa con los chicos.

Me senté en mi silla junto a Quevedo el cuál al sentarme pasó su brazo por mis hombros y me dio un beso en las mejillas.

-¿Todo bien? -Me preguntó susurrando. Asentí con una leve sonrisa. -¿Segura?

-Sí, tranquilo. -Me incliné hacia él para darle un corto beso.

Al girarme para ello noté la mirada de Pedri clavada sobre nosotros.

Le dio un sorbo a su bebida pero su mirada seguía fija.

Disimulé y me giré a hablar con el de mi izquierda, Ansu.

-Bonito outfit. -Le dije.

-Gracias, lo ha hecho mi hermana.

-¿Cuándo me la presentarás? Siempre que me gusta lo que llevas es suyo. -Reí.

-Pues debería la verdad, le caerías muy bien.

-Yo caigo bien a todo el mundo.

-A Nagelsmann no mucho. -Escuché a Gavi reír.

-¡Oye! No le caigo mal, es una rivalidad sana.

-Ya, claro.

-¿Ese no es el entrenador del Bayern? -Pregunta Quevedo.

-No hace falta que hablemos sobre esto. -Dije yo antes de que le explicaran toda la historia.

-¿Hablar sobre qué? -Fernando, el hermano de Pedri acababa de llegar. De Barcelona hasta Gerona lleva tiempo.

-¡Fer! -Me levanté a saludarle. -¿Qué tal ha ido tu día? Gente está aquí Fer. ¿No le vais a saludar?