¿Y TODA UNA VIDA?

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El partido acabó en empate, 2-2, los ingleses lograron igualar el marcador en los últimos minutos. 

Pedri me envió un mensaje diciéndome que ya casi está y que le vaya a esperar, él me llevará a casa.

 Así que fui frente a los vestuarios a esperar a que saliera.

Vi como él se acercaba a mí. 

Pero no mi Él, si no el otro él. 

El desagradable.

-Me han dicho que las coleccionas. -Señaló a su camiseta roja del Utd. -Si eres tú la privilegiada que me la quitará esta noche, te la puedes quedar. -Dijo con una sonrisa pícara. Y yo al escucharle mi risa se escapó, no podía aguantar más. 

-Mira niño, y perdón que te llame así pero es que eres un crio. Y no por tu edad, sino por tu actitud. -Su cara cambió. -Al único que le quiero quitar la camiseta hoy es a un canario culé, con un dorsal de 41 números menos que el tuyo. 

Pedri salió al poco rato. 

-¿Vamos? -Se puso a mi lado y me agarró la mano entrelazando nuestros dedos. 

-Buenas noches, Alejandro. -Dije yéndome. 

-Os desearía suerte, pero no sabéis lo mucho que anhelo vuestra derrota ahora. -Le escuchamos decir mientras ya nos íbamos. 

-¡Gracias! ¡Lo mismo digo! -Le dije ya a lo lejos. 

Nos dirigimos al parking y subimos a su coche camino a casa. 

-Entonces... ¿Voy a ser el afortunado al que le quites la camiseta esta noche? -Me giré a mirarle de inmediato cuando dijo eso. 

-Lo has escuchado. -Me puse roja y lo noté por la temperatura de mis mejillas ardiendo. 

-Mi niña... Que se ha sonrojado. -Me agarró de los mofletes como las ancianas. 

-Que conste que se lo he dicho para que parara ya, era raro e incomodo. 

-O sea, ¿Qué no va a suceder de verdad? 

-Me temo que no. -Apartó la vista de la carretera para mirarme y hacerme pucheros. -Ay mi niño que se ha puesto triste. -Le devolví el pellizco. 

-Buena devolución. -Se acarició la cara de lo fuerte que apreté.

-Gracias. -Sonreí victoriosa.

-Oye, ¿vamos a la playa? 

-Pedri, ¿Qué dices? -Dije medio riendo. -Se te ha pirado. 

-Que te lo digo de verdad, ¿porqué no? 

-Porque estoy que me caigo del sueño. 

-Bueno, pues dormimos allí. 

-Sí, seguro que mañana al despertar verás lo guapo que sales en la tele dormido en la playita. 

-Lo de guapo seguro, porque siempre salgo guapo. 

-Anda, ya ha salido el Pedri creído. 

-¿Miento o no miento? -Alzó una ceja. 

-No, no mientes. -Alcé mis brazos. 

-¿Entonces qué? ¿Vamos? -Su mirada era la de un niño pequeño pidiendo un caramelo. 

-Pasamos un rato allí y nos vamos a dormir a casa. -Recalqué la última palabra. 

-Hecho. 

Cambió de rumbo y llegamos a nuestro destino. 

La playa. 

Nos sentamos en la arena a pasar el rato. 

-He estado pensando y a lo mejor si debería sacarme el carné. -Comenté.

UN CIELO LLENO DE ESTRELLAS || PEDRIWhere stories live. Discover now