IMPOTENCIA

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-¿Enserio te apodan Tini? -Asentí. -Como Tini, Tini, Tini... -Hizo el paso de las caderas.

-Sí, Julián, como Tini, Tini, Tini. 

Vino a recogerme a casa y me encontró hablando con Júlia y antes de colgar se despidió de mí con un "adiós Tini" y desde allí se ha quedado loco. 

-¿Qué pasada, no? 

-Sí, está bien... -Entramos al campo de entreno y estaba todo muy quieto y callado -¿Qué os pasa? -No los encontrábamos por ningún lado. -¿Dónde han ido? Creía que tenías entrenamiento. 

-Y así es. -Miró su móvil. -Hoy me toca, y es la hora correcta... -Seguíamos buscándolos con la mirada. -Míralos, allí apelotonados, a saber qué están chismoseando. -Reímos los dos mientras nos acercábamos a ellos.

Todos estaban rodeando Grealish, el cuál tenía el móvil sujetado en las manos. 

Al vernos todos se hicieron a un lado y el inglés caminó hacia mí. 

-Deberías ver esto. -Me entregó el teléfono y me dio tres golpecitos en el hombro. 

Cogí el móvil y nada más ver los primero 3 segundos del vídeo mi cara cambió. 

El vídeo siguió reproduciéndose, pero mi mente paró de procesar todo. 

Es como que todo lo de mi alrededor dejó de hacer lo que sea que estaba haciendo, mi mente estaba en blanco. 

-¿Martina? -Pasó sus manos frente a mi cara para que reaccionara, pero esta vez no sirvió de nada. -¿Qué es para que te pongas así? -Dijo Álvarez colocándose a mi lado. -"La lesión de Pedri ante la Real Sociedad..." -Me lo quitó de las manos y empezó a leerlo en voz alta. 

-Mira el vídeo. -Le dijo Laporte. 

-¡Hostias! Buena defensa pero vaya golpe... -Esas fueron sus palabras al acabar de verlo. -¿Pero, está bien?

-No sé, no hemos hablado con él, acabamos de ver la noticia. 

-¿Cómo vas? -Phil se acercó a mí. 

-Me tengo que ir a trabajar. -Me marché de allí sin decir nada más. 

Subí a mi lugar de trabajo. 

Me senté en mi escritorio.

Y empecé a procesar todo. 

Busqué el vídeo en el ordenador. 

Y lo vi una y otra vez, repetidamente, sin parar. 

¿Cómo me sentía? Mal. 

Muy mal.

Pedri estaba lesionado y yo no estaba allí para estar junto a él. 

Ya me habían dicho que estaba teniendo malos días, malos partidos, malos todo... y en parte pensaba que me daba un poco igual, que a lo mejor se lo merecía i era el karma, por todo lo que me ha hecho sufrir.

Pero otra vez, como no. Todo era solo para engañarme a mí misma, como siempre. 

Un golpe así no se lo deseo ni a mi mayor enemigo. 

Le di al play de nuevo y lo paré justo en el momento del golpe.

Se aprecia tan bien el sufrimiento en su rostro.

Cerré la pestaña de una, no me gustaba nada verle así. 

Apagué el ordenador y eché mi cabeza hacia atrás, apoyándola en el reposa cabezas de la silla. 

Me quedé así un tiempo pensando que hacer. 

Agarré el móvil y me dirige a contactos. 

Escribí la P en la barra de búsquedas. 

UN CIELO LLENO DE ESTRELLAS || PEDRIWhere stories live. Discover now