⁵¹

8.9K 1.1K 466
                                    

Abrí los ojos con dificultad, miré a mi alrededor y todo estaba tan blanco qué incluso me asustaba.

No podía moverme ni podía hablar, sentía un gran dolor en todo mi cuerpo y tenía muchas maquinas conectadas

—¿_____?.— escuché su voz y aunque quisiera no podía moverme para verlo

Quería hablar, moverme o hacer cualquier señal para que supiera que estaba bien aunque el dolor era infernal

Se asomó un poco, sus ojos estaban hinchados y tenía unas ojeras bastante pronunciadas. Parecía no haber dormido en días

Tenía puesto uno de esos típicos trajes qué se ponen cuando ves a un paciente delicado, de esos que se ponían los doctores en las cirugías.

—Llamaré al doctor.— avisó y besó mi frente, escuché como se fué corriendo

Ahora solo podía mirar el techo, odiaba no poder hacer nada, odiaba mi cuerpo en este momento.

Todos los recuerdos de antes de la cirugía pasaron por mi mente; Spreen, Venecia.. ¡Ángel!. Cerré de nuevo mis ojos intentando poder sentir o escuchar los latidos del corazón aunque para mí serían imperceptibles

—Señorita ¿Cómo se siente?.— apareció el doctor así que abrí mis ojos de nuevo

Era obvio que yo no podía responder, tenía una maquina que me ayudaba a respirar.

—Fueron muchos días donde usted no respondió favorablemente pero hoy parece un milagro, todo está estable.—dijo y a pesar de todo eso significaba un gran alivio

Quería preguntar cuantos días llevaba así, si habían sido muchos ya habría acabado mi tiempo con Venecia, después de todo el programa de ayuda duraba solo unos cuantos días

La enfermera seguirá viniendo cada ciertas horas para suministrarte el medicamento y revisar tu herida.— avisó —Yo me retiro.—

Escuché como Roier le agradeció y después presionó el botón de mi cama para ajustarla y dejarme sentada, agradecía ahora tener un mayor rango de visión

Fueron los peores días de mi vida.— suspiró —Tu operación se complicó y duró más de lo esperado, después quisieron tenerte aquí en cuidados intensivos hasta asegurarse de que tu cuerpo no rechazara el corazón.—

Agradecia qué me estuviera dando bastante información pero quería saber cuanto tiempo había estado aquí y cuanto tiempo estaría sin hablar o moverme

—Vinieron todos a verte pero solo me dejaban pasar a mí, por lo delicado de la situación no dejaron entrar a los demás a tu habitación.— siguió hablando —Mushu te extraña y Venecia también.—

Como no podía hablar empecé a parpadear rápidamente, quería que siguiera hablando de Venecia, era lo que más me preocupaba

—¿Qué pasa?.— cuestionó —¿Quieres sabes de Venecia?.—

Volví a parpadear mucho y él simplemente sonrió un poco

—Estos días no la pude sacar del hospital porque no quería salir de aquí.— confesó —Pero Spreen me ayudó a cuidarla, no queríamos dejarla así que él se encargaba de verla algunas horas y después yo me encargaba, fué un gran apoyo.—

Al menos no la habían dejado sola, lo único que anhelaba ahora era verla

—A Mushu tuve que dejarlo con mamá.— avisó suspirando y yo me sentía un tanto sorprendida ¿había hablado con ella? —Sabes que no quería involucrarme con mi mamá pero no tuve opción, cuando uno no puede más siempre busca a su mamá.—

Eso último era mentira, yo jamás buscaría a mi mamá aunque estuviera en una situación de vida o muerte como esta.

—Creo que a pesar de que antes me haya abandonado ahora se está comportando bien.— dijo —Es un cambio qué me está costando asumir.—

Durante todo este tiempo jamás me había contado sobre todo lo que paso con su mamá y ahora que tenía la oportunidad de preguntar no podía hacerlo.

—Tú mamá fué a casa y cuando me vió sacando un poco de ropa para traer al hospital se volvió loca.— contó, eso no era tan agradable —Tuve que decirle que te fuiste de viaje para que no siguiera preguntando por ti, tenía miedo de que viniera al hospital a armar un escándalo.—

Por un momento lo analicé a fondo.. Si no hubiera conocido a Roier probablemente pasar por toda mi enfermedad hubieta sido más complicada y solitaria.. Lo único que tenía antes que él era a mamá y eso era lo mismo que no tener nada

—A veces quisiera poder saber exactamente porque tu mamá es tan...— hizo una pausa como si pensara bien lo que estaba a punto de decir —Rara.—

"Rara" era una palabra que no identificaba a mamá, era mala madre, mala persona, egoísta, ambiciosa y muchas cosas más.

Jamás se lo había querido contar a nadie pero mamá engañó a papá con su actual pareja, cuando papá se enteró entró en depresión y dejó de cuidar su enfermedad... por eso había muerto. Después de eso mamá pudo casarse con el inútil de su amante y siempre me hizo creer que yo le debía algo por "cuidarme" tantos años así que cuando vió qué me empezaba a ir bien con los streams me pedía bastante dinero

Ella enloqueció cuando me mudé, sintió que su "mina de oro" se iba pero se alegró cuando supo que seguiría dándole dinero.. cuando por fin me dí cuenta que no debía darle más dinero y dejé de depositarle fué lo que la convirtió en lo que ahora era.

—A decir verdad al verla pude entender porque eras tan cerrada cuando nos conocimos.— dijo y sonrió un poco —En ese entonces me parecías una reina inalcanzable pero ahora eres más que eso, te veo y no puedo dejar de imaginarme a una diosa.—

Al menos su sonrisa me daba bastante tranquilidad en esta situación. Tenía tantas preguntas que hacer cuando me quitaran todo esto.

De repente se empezó a escuchar un sonidito, reconocía perfectamente su tono de llamada.

Ví como sacó su celular y lo puso frente a mí, parecía ser una video llamada.

—Por fin despertás boluda.— era la voz de spreen, ahí estaba, del otro lado de la pantalla

Al verlo a través de esa llamada no pude evitar sentir emoción e incluso algo más fuerte, no sabía que era pero no eran sentimientos que yo tenia por Spreen

—No puede hablar por ahora.— dijo Roier de esta lado de la llamada

—Me tranquiliza verla, estaba a punto de salir para el hospital, Carre se quedó allá con la niña.— exclamó —Ahora me apuraré.—

El corazón me empezó a latir rápidamente, ¿por qué ahora estaba sintiendo cosas diferentes?..

𝐅𝐋𝐎𝐑 𝐃𝐄 𝐂𝐄𝐑𝐄𝐙𝐎 [Roier X Tú]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora