⁷²

5.1K 804 112
                                    

—No puedo ser tu esquina.— respondí a la propuesta de Spreen —Se lo dije a Roier y te lo diré a ti; solo vine a España a ser presentadora, nada más.—

—¿Vos eres la presentadora sorpresa?.— cuestionó asombrado

Había olvidado que esa sería una sorpresa para este año, solamente Roier y mis amigas sabían que había aceptado la propuesta de Ibai

—Guarda el secreto hasta mañana.— pedí y ví como hizo la seña como si cerrara su boca con un cierre

—Bueno, ¿al menos puedes acompañarme al pesaje?.— preguntó ahora

Suspiré y de nuevo negué, ¿Cómo me vería entrando al lugar con el contrincante de mi ex?

—No quiero salir de aquí por hoy.— avisé y él se burló un poco —No te rías, necesito estar sola.—

—Pero estando acá sola no vas a hacer nada más que sobre pensar todas las cosas.— dijo y supe que tenía razón —Al menos sal con tus amigas.—

Sabía que probablemente Ari y Rivers ya estarían enteradas de todo lo que había pasado así que no quería que el tema principal fuera aquella infidelidad

—Si te hace sentir mejor saldré a pasear un poco sola.— avisé y él asintió

—No te olvides de desayunar.— pidió levantándose de donde habíamos estado —Me tengo que ir pero cuando termine el evento te llamaré para ver si te alcanzo en algún lugar.—

Se agachó para besar mi frente y después se despidió, lo ví alejarse hasta salir de la habitación.

Me levanté y caminé hasta mi maleta para empezar a buscar algo para arreglarme, hoy tendría una cita conmigo misma.

Saqué lo más lindo que tenía y me fuí a dar un baño para después ponérmelo, me peiné y me maquillé, después de casi dos horas ya estaba lista.

Salí de la habitación y asegurándome de no encontrarme con nadie más salí del hotel.

Empecé a caminar por las calles del lugar donde me encontraba, sin duda empezaba a apreciar caminar sola... Hace mucho tiempo que no lo hacía

Pasé a comprar un poco de fruta y mientras comía seguí caminando, no supe como pero llegué a la sagrada familia

—¿Usted de nuevo aquí?.— como si fuera el destino aquel señor estaba a mi lado

—El eterno prometido ¿no?.— cuestioné y él rió mientras asentía

—Le dije que ya próxima vez que viniera con su novio estarían comprometidos.— recordó y mi ánimo disminuyó —¿No tiene anillo?.—

Simplemente escondí un poco mis manos, según lo que me había contado Rivers; este señor no fallaba con sus predicciones pero al parecer conmigo si lo había hecho

—Terminamos.— conté y él me miró con tristeza —Pero estoy bastante bien, lo aclaro por si acaso.—

No supe cuando pero empecé a caminar con él

—Yo cuando los ví sentí esa química, no puedo creer que me haya equivocado.— exclamó

—Está bien, igual él no ha parado de demostrarme que no puedo confiar ciegamente en que nuestra relación funcione bien.— conté, quizás había necesitado que alguien me escuchara sin pensar que iba juzgarme —Cuando siento que las cosas van bien él se encarga de arruinarlo todo, estoy cansada.—

—El amor es muy susceptible.— exclamó y encontramos una pequeña banca así que nos sentamos —No todo puede ir bien, todas las relaciones tienen altibajos pero no por eso hay que retroceder en lo que uno siente.—

—Sé que no todo tiene que ser bueno pero hay cosas que me llevan al límite, siempre que tenemos problemas están ahí sus amigos y ya no sé que hacer.— dije —Perdón si le estoy contando todo esto pero necesitaba con quien desahogarme.—

—No se preocupe señorita, yo sigo viviendo por las historias de los enamorados.— exclamó con una pequeña sonrisa —Siguiendo con lo de su novio, ¿fué tan grave lo que hizo?.—

—Me engañó y yo me prometí que jamás perdonaría algo así.— respondí —Además después de lo que he tenido que aguantar gracias a sus amigos, creo que es justo decirle adiós.—

—Lo dijo usted, el problema son los amigos ¿no?.— preguntó esta vez —¿Él no ha hecho algo que te demuestre que te ama?.—

Roier estuvo conmigo cuando más lo necesité; primero con mi anemia y después con toda mi operación.. Sabía que él me quería pero igual seguía pensando que uno no traiciona a los que ama

—Por su silencio asumo que su corazón está en un dilema.— habló y simplemente asentí

—Yo jamás había amado a alguien como lo amo a él.— dije —Es mi primer amor, la persona a quien le di mi confianza, quien me hizo ver todo de una manera distinta.. soltarlo suena como algo difícil aunque mi cabeza sepa que debo hacerlo.—

—¿Y por qué no deja que le explique las cosas?.— preguntó y reí un poco

—Dejé qué lo hiciera pero él dice que no se acuerda de lo que pasó.— expliqué

—¿No hay nadie que pueda darle una versión de lo que pasó?.— cuestionó

Sabía que su papel era ser el señor más enamorado de toda esta ciudad pero me estaba haciendo dudar más de mis decisiones

—Quizás sus amigos.— murmuré —Pero como ya lo dije, ellos siempre fueron el problema.—

—¿Todos los amigos son el problema?.— preguntó ahora

Lo pensé un poco, mis problemas eran Osvaldo y Aldo, el último ni siquiera había estado ayer... Juan y Producción habían sido buenos conmigo durante los últimos meses, probablemente ellos sabrían qué había pasado la noche pasada

—Estaba tan molesta que cuando uno de sus amigos me quería platicar algo hace unas horas lo ignoré y le cerré la puerta en la cara.— conté y solté un suspiro lleno de frustración —Creo que ya sé que debo hacer, muchas gracias por la plática.—

Me levanté y lo miré con una sonrisa, él me hizo un gesto amable con su cabeza para despedirse, tomé un nuevo camino hacia el hotel, había pasado mucho rato y el pesaje había terminado así que posiblemente podría encontrarme a Roier

𝐅𝐋𝐎𝐑 𝐃𝐄 𝐂𝐄𝐑𝐄𝐙𝐎 [Roier X Tú]✓Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora