𝐸𝑝𝑖𝑙𝑜𝑔𝑜

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Dos días después de la Velada nosotros seguíamos paseando por España, todavía había un lugar que quería recorrer antes de regresar a México

—¿Es necesario venir hasta acá?.— se quejó Roier y asentí

Lo estaba trayendo de nuevo a visitar La sagrada familia con la esperanza de encontrarnos con el eterno prometido, ese viejito sin duda había acertado con su predicción.. había dicho que la próxima vez que visitáramos este lugar juntoya estaríamos comprometidos y eso era exactamente lo que estaba pasando

—¿Recuerdas al viejito que nos habló la última vez que vinimos?.— cuestioné y él asintió —Lo estoy buscando.—

—Hay mucha gente, ¿para qué lo buscas?.— preguntó ahora él

—Tengo que agradecerle algunas cosas.— respondí sin darle tantos detalles, si él fuera un poco más atento hubiera comprendido todo desde el principio

Recorrimos prácticamente todo el lugar y no había ninguna señal de él, llegamos a un poste con algunas velas al rededor, era como un homenaje, al verlo más de cerca pude ver que tenía algunas fotos de aquel señor

—¿Vienen a ver al eterno prometido?.— cuestionó una señora, yo asentí —Él ya no está por aquí.—

Eso fue un golpe bastante duro, simplemente la miré sin poder creer lo que me decía, hace pocos días me lo había encontrado y había hablado con él

—¿Se murió?.— cuestionó Roier 

—No.— aclaró la señora seguida de una pequeña risa —Algunos dicen que sus días de cruzarse en los caminos de las parejas han terminado y por fin decidió descansar en un asilo.—

Era inevitable no mirar mal a la señora, por su culpa había tenido una idea incorrecta y sufrí aunque hubieran sido pocos segundos

—¿Y estas velas y fotos?.— pregunté 

—Las personas vinieron a dejarlas; los solteros pensando que así tendrían algo de suerte en el amor y las parejas en agradecimiento por ayudarles a predecir algo tan importante como sus bodas, él nunca fallaba.— respondió —Deberían hacerle una estatua.—

Agradecimos por la información y nos alejamos de ahí, sentía un poco de pena por no poder contarle el desenlace que estaba teniendo mi historia de amor pero quizás ya no podría hacerlo

—¿Nos predijo la boda?.— preguntó Roier y reí

—Me debería estar replanteando si es buena idea casarme con alguien tan lento.— me burlé y me miró mal así que besé sus labios

Tomó mi mano y seguimos caminando un poco

—Deberíamos volver ya.— dijo y lo miré —Mushu ha estado bastantes meses sin nosotros, ya debe ser un perrito grande que ni siquiera reconocerá a sus padres.—

—Nos pasamos de irresponsables con nuestro bebé.— me lamenté —También tenemos que llegar a sacar a mi mamá de nuestra casa, espero que ya haya vendido la suya para comprarse algo mejor.—

Mamá había estado llamándome desde la noche de la velada, sabía que quería preguntarme sobre lo de mi compromiso pero para eso quería verla personalmente así que ni siquiera le había respondido 

—¿No crees que tu padrastro haya vuelto durante estos meses que no estuvimos?.— cuestionó y negué —¿Cómo estás tan segura?.— 

No quería decirle que su mamá era la típica vecina chismosa que como vivimos en el mismo vecindario se encarga de pasarme algunos chismes y que en ningún momento vio a nadie que no fuera mi mamá entrando a nuestra casa

—Simplemente lo sé.— respondí sin querer dar más explicaciones —Creo que mi mamá está cambiando, poco a poco pero al menos hay avances.—

—Entonces será la primera invitada a nuestra boda.— aseguró y negué

—Ya invité a mis amigas y a algunos de tus amigos.— exclamé —Aún no sabemos ni cuando ni a que hora será pero ellos ya confirmaron su asistencia.—

—Debemos planear todo eso.— dijo —¿Quieres que sea una fiesta grande o pequeña?.—

—Algo gigante.— respondí como si fuera obvio —Es la primera y última vez que nos casaremos en nuestras vidas así que debe ser un gran evento.—

—¿Quién dijo que será la última vez?.— cuestionó burlón y lo miré mal —Podemos divorciarnos y casarnos muchas veces para hacer nuestro matrimonio interesante.—

Le di un ligero golpe en su brazo, todavía ni nos casábamos y ya estaba pensando en el divorcio

—El día que me pidas el divorcio te lo daré pero no me casaré contigo mas de una vez.— advertí —Aunque será difícil que te quieras divorciar de mí cuando te des cuenta de tremenda esposa que seré.—

—Como siempre tenías que sacar algo de tu ego.— se burló y reí

De repente se detuvo haciendo que yo también parara

—Tu mano se puso fría de repente.— avisó y lo miré sin entender, yo no tenía frío 

Me soltó y buscó algo dentro de sus bolsillos, de repente sacó una pequeña caja, la abrió y ahí estaba un anillo hermoso

—¿Pensaste que olvidaría este detalle?.— preguntó poniendo el anillo en mi dedo, yo simplemente sonreí

—No entiendo.— exclamé —¿Dónde estaba?.—

Después de la Velada él se había animado a contarme la historia del anillo desaparecido aunque yo ya la sabía prefería que él pensara que no tenía ni idea 

—La de la limpieza se lo llevó, otra trabajadora del hotel se dio cuenta de eso y la denunció.— explicó con una ligera sonrisa —Con razón no nos pidió propina.—

Ambos reímos un poco, él volvió a tomar mi mano que ahora tenía aquel anillo, con eso estábamos incluso más unidos. Empezamos a caminar de nuevo mientras observábamos el paisaje.

Amar a Roier me había hecho entender muchas cosas que estaba haciendo mal en mi vida, estaba tan agradecida de que se cruzara en mi camino y me demostrara lo bonito que es compartir la vida con alguien más. Las últimas palabras en toda historia romántica suelen ser las más importantes pero al caminar junto a él me di cuenta que jamás existirán las palabras finales para nosotros.. Donde esté Roier ahí estará Mulán y así será hasta el fin de nuestras vidas.

𝐅𝐋𝐎𝐑 𝐃𝐄 𝐂𝐄𝐑𝐄𝐙𝐎 [Roier X Tú]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora