⁷¹

5.8K 847 331
                                    

El día del pesaje llegó pero yo me encontraba tirada en la cama sin querer salir

Mi celular sonaba y sonaba, a veces era Roier, a veces Rivers, a veces Ari o a veces Spreen, pero no quería responder

Mañana era la Velada y yo sería presentadora, había planeado esto como mi regreso a los streams pero ahora estaba pensando en dejarle el evento de lado a Ibai e irme de regreso a mi país.. Sabía que eso sería poco profesional pero ni podía pensar en otra cosa

La puerta de mi habitación fué golpeada levemente, una y otra vez pero aun así no quería pararme.

Había pasado de todo junto a Roier, le había entregado mi confianza, mi amor y hasta en cierto grado mi vida.. me sentía tan destruida e insuficiente, incluso un tanto humillada

—¡Mulán!.— escuché el grito, había entrado

Me acomodé para sentarme en la cama y lo miré, parecía desesperado

—¿Por qué no abrías y no respondes?.— cuestionó preocupado —Pensé que te había pasado algo y...—

Me levanté y caminé hasta donde él estaba

—Nada me pasará por un mal de amores.— exclamé lo más segura que pude —Nadie se muere por amor.—

—Vamos a desayunar.— pidió pero de inmediato negué —El pesaje será en unas horas y pensé que querrías acompañarme.—

Reí un poco sarcástica, ¿Cómo podía ser tan cabeza dura para pensar que nada había pasado?

—No quiero nada que tenga que ver contigo.— exclamé —Te encontré aquí con alguien más, estabas ebrio, con marcas de maquillaje y sin ropa, ¿Crees que tengo tan poca dignidad para seguir contigo después de eso?.—

—Ni siquiera yo sé lo que pasó ayer, después de irme de aquí fuí a quedarme con Osvaldo pero él estaba igual de borracho.— contó —Por favor Mulán, no dejemos que todo esto se vaya a la basura.—

¿No sabían que había pasado? ¿Y por qué tenía llamada de mis amigos? Era obvio que ellos también se habían enterado así que alguien les tuvo que contar

—No te quiero aquí.— murmuré y me miró sin entender —Estoy en España porque mañana seré presentadora de la Velada, esto ya no tiene que ver contigo.—

Alguien más golpeó levemente la puerta pero ninguno de los dos se movió de su lugar, era obvio que nos interesaría más esto

—Dijiste que serias mi esquina.— recordó con un notable nudo en la garganta

—Y tú dijiste que no volverías a lastimarme, somos igual de mentirosos.— dije sintiendo mi voz más débil

Las lágrimas se hicieron presentes en sus ojos, los míos estaban tan cansados de llorar que simplemente estaban secos

—Por favor no terminemos así.— rogó pero me mantuve firme

Mamá le había sido infiel a papá, él sufrió tanto por ella pero aún seguía a su lado porque la amaba.. verlo morir en vida por aquella infidelidad me hizo prometerme qué jamás perdonaría un acto así, debía amarme más a mí.

—Estoy seguro que yo no te fui infiel.— aseguró llorando por fin —No sé que pasó pero incluso con tragos encima jamás sería capaz de fijarme en alguien que no seas tú.—

—No me vas a enredar con esas palabras bonitas.— avisé —Dentro de mí hay tantas cosas que sin duda podrían orillarte a buscar a alguien más ¿por qué simplemente no admites que lo hiciste?.—

—¿Cómo puedes decir que en ti hay cosas que me harían buscar a alguien más?.— peleó —¿Te has visto en el espejo? Eres hermosa, todos lo saben menos tú, por eso y muchas cosas más no admitiré algo que sé que no hice, entiéndelo.—

Volvieron a golpear la puerta de la habitación pero nuevamente le hicimos caso omiso

—Si estás tan seguro cuéntame que hicieron ayer.— pedí mientras me cruzaba de brazos

Roier pareció pensarlo pero de inmediato negó

—No puedo decírtelo.— respondió dudoso y lo miré mal —Lo que hice con mis amigos antes de llegar aquí es un secreto.—

Caminé hasta la puerta para hacerle una señal y que se fuera

—Por favor vete.— pedí de nuevo —Tú y yo ya no tenemos nada de que hablar.—

Se acercó y de inmediato abrí la puerta, ahí estaban Juan y Spreen.

—¿Ya lo solucionaron?.— cuestionó el de gafas

También lo miré mal, en este momento estaba molesta con todos ellos, sabía que eran más amigos de Roier que mios pero debían comprender que yo merecía respeto

—¿Qué hacen aquí?.— cuestionó Roier

—Venimos a hablar con _______.— respondió spreen —Nos encontramos acá así que no es sobre el mismo tema.—

Me puse detrás de Roier y con todas mis fuerzas lo empujé para que saliera de la habitación

—Ustedes dos váyanse.— pedí señalando a Roier y a Juan —No quiero hablar con ustedes.—

Pude ver como Spreen los miró de manera burlona, igual ahora no haría nada para calmar a aquel Argentino

—Pero lo que tengo que contarte es importante.— dijo Juan

Aquel chico se caracterizaba por ser bastante chismoso dentro de nuestro grupo de amigos pero aun así preferí ignorar lo que tuviera que contarme

Tomé la mano de Spreen y lo jalé para meterlo en mi habitación, después cerré la puerta.

—¿Qué porongas está pasando?.— cuestionó riendo un poco

—No me digas que no te has enterado.— dije, él negó así que suspiré —¿Entonces porque me llamaste y viniste a buscarme?.—

—Quería ver si vos irías al pesaje.— le quitó importancia —Pero bueno, contame que está pasando con Roier, él chabon parecía estar llorando.—

Nos fuimos a sentar al sillón y empecé a contarle todo lo que había pasado, él solo parecía asombrado

—¿Realmente pensás que él te pudo engañar?.— preguntó

—No es que lo piense o no.— respondí —Lo vi estando aquí, hay muchas pruebas.—

—¿Terminaron?.— cuestionó ahora y asentí aunque probablemente para Roier no habría quedado muy claro —¿Entonces estás libre para ser mi esquina en la velada?.—

Lo miré confundida pero tenía una gran sonrisa en su rostro, sin duda sería algo genial para hacer sentir mal a Roier pero yo ya no quería vengarme, no quería que nada malo le pasara

𝐅𝐋𝐎𝐑 𝐃𝐄 𝐂𝐄𝐑𝐄𝐙𝐎 [Roier X Tú]✓Where stories live. Discover now