La flor de la constancia, de la firmeza y perseverancia que te ayudarán a conseguir todo aquello que desees, pero sobre todo, todo aquello que merezcas.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
La música suena a través del altavoz llenando de sonido mi cuarto, bailo, recién salida de la ducha, en busca de la ropa. Si no me fallan los cálculos, en veinte minutos ha de llegar Álex para recogerme y llevarme al campus, el ha de ir a entrenar pero mientras esté aquí me puedo aprovechar de él. Me arreglo y a los veinte minutos exactos mi medio hermano llama al timbre. Bajo corriendo las escaleras con una carpeta en la mano y el resto en la bolsa.
-¡Márquez!
-¡Flynn!
Me abrazo a él en cuanto llego al lugar en el que está, su aroma entra en mis fosas nasales y sonrío.
-¡Oh, bebé! Como te echaba de menos, cuchi cuchi.
Él se ríe en cuanto le hago eso, es muy típico en mí. Me siento en el asiento del copiloto de su coche y el entra en el del piloto.
-¿Y qué hay?
-Lo sabes todo, Liv, siempre es lo mismo.
-Pues menuda vida de piloto más aburrida.
Me recuesto en el asiento y le sonrío, mi pelo vuela por culpa de la corriente que entra desde las dos ventanas abiertas.
-Tengo que comentarte algo.
-¿Me vas a presentar a tu novia?
-Liv eres muy pesada, eh.
Estallo en carcajadas tras escuchar el tono de indignación de Álex.
-Sabes que soy un caso único.
Le doy un toque en el hombro y hace una mueca de dolor.
-El caso, mi hermano tiene pensado hacer un viaje con Jose y estos, ya sabes, la cosa es que me apetece que vengas y esas cositas.
Pone una cara que intenta que parezca adorable y yo me río.
-Hablaré con mamá, dudo que tenga problema por esto pero en fin, no está de más. ¿Cuándo sería?
-Después de esta carrera, del 16 al 30.
Veo la facultad de lejos y asiento a lo que me dice Álex.
-Cuenta conmigo. Después de clases me paso por tu casa, te quiero, nene.
Le mando un beso después de salir del coche y suspiro.
-¡¿Estabas con Álex Márquez?!
Me sobresalta escuchar la voz de mi amiga justo detrás de mí.
-Al, ¿cuántas veces tengo que decirte que no hagas estas cosas?
-Lo siento, lo siento, simplemente, no sé, Dios, es decir, es Álex y...
-Cállate, Al, no merece la pena.
Ella rueda sus ojos y pone una mueca de indignación.
-Eres la peor amiga del mundo.
-Sigue diciendo eso después de invitarte a unas geniales vacaciones.
