La flor de la constancia, de la firmeza y perseverancia que te ayudarán a conseguir todo aquello que desees, pero sobre todo, todo aquello que merezcas.
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-Hola, mamá.
-Hola, cielo, en el jardín trasero.
Atravieso el salón esquivando el sofá y la mesa en la que solíamos comer cuando éramos pequeños.
Ella está agachada junto a un pequeño campito al lado de la piscina, recuerdo cada verano que pasé aquí con mis padres, después sólo con mi madre y Álex.
-¿Qué tal estás, mamá?
-Bien, cielo.
-Mamá...
-No quiero que le des más vueltas a las cosas, déjalo estar, ¿sí?
-Mamá, ¿y si vienes a vivir conmigo? Un par de meses, no más.
Ella niega y se levanta.
-No, cariño, no hace falta.
-De verdad que no me siento segura sabiendo que estás sola aquí.
-Si te quedas más tranquila iré con los Márquez.
Bajo la mirada, sonrojándome.
-Si te crees que no me doy cuenta de las cosas vas muy mal. ¿Qué es lo que te traes con Marc?
-¡Mamá! Marc y yo sólo somos amigos, nada más.
-Seguro que Álex te ha creído eso, mi niña, pero yo no.
-Ai, jo, ma...
-Vayamos a por un té y sentémonos aquí, como en los viejos tiempos, cuéntame cómo te van las cosas.
Asiento y voy a la cocina, cojo lo necesario para preparar dos tés y lo llevo al jardín, dejándolo en una mesita; me acuesto en una de las tumbonas, mi madre está en la otra.
-Marc me gusta, mucho, creo que demasiado. Él ha decidido que quería enamorarme y, mamá, no le hace falta currárselo mucho porque me trae de cabeza.
-Tú también lo traes de cabeza, nena.
-Pero...
-Siempre hay un pero.
-Hay otro chico, un chico normal, se llama David.
-¿Normal?
-Sí, es un camarero, un chico de lo mejor, él fue quién me llevó al hospital la semana pasada, cuando fue lo tuyo. Mamá que hasta le dejé mi moto...
-Entonces él también te despierta algo.
-Él despierta mucho; es atento, pero no demasiado, es gracioso, es genial, mamá. Con él no tengo miedo a ir por la calle. ¡Pero con Marc tampoco!
-Pero con Marc es distinto, ¿verdad? Tienes que ir con pies de plomo.
-Tengo que ir tres pasos por delante, mamá. Las cosas no pueden ser improvisadas como aquel día con David, ¿te conté lo que hicimos?
