La flor de la constancia, de la firmeza y perseverancia que te ayudarán a conseguir todo aquello que desees, pero sobre todo, todo aquello que merezcas.
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-Hola.
Entro en el piso y veo a los chicos sentados en el sofá, me hacen una seña con la cabeza para que vaya hacia el pasillo. Camino hasta llegar a la puerta en la que se encuentra un gran "No Pasar". Toco dos veces a la puerta con los nudillos pero no obtengo respuesta.
-Al.
Toco varias veces a la puerta pero nadie responde, según lo que los chicos me habían dicho llevaba sin salir de ahí casi desde el día después de que me fuera.
-Al, por favor, cariño.
Intento abrir la puerta pero es algo fallido, uno de los chicos con los que comparte el piso se acerca hacia mí.
-No lo intentes mucho, Liv, no creo que te abra- yo niego con la cabeza, tengo que entrar ahí-.
-Bien, Al, si me estas escuchando que sepas que o me abres o entro de cualquier forma, si hay que romper la puerta la rompo.
Pego la oreja a la puerta, tras esta se escuchan unos sonidos pero muy débiles, Javi me separa despacio de la puerta para pegar el su cuerpo. Sus ojos parece que brillan al sentir lo que pasa tras la puerta, se separa rápidamente al escuchar el pestillo de la puerta.
-Liv.
La imagen de mi amiga es devastadora, su pelo castaño está emarañado, tiene unas grandes ojeras oscuras bajo los ojos, lo que la hace ver demacrada; parece que ha perdido peso por la forma exagerada en la que se le marcan las facciones.
Rodeo su cuerpo con mis brazos de forma protectora, ella se pega a mi y coloca su cabeza en el hueco de mi cuello mientras comienza a sollozar.
-No sé que ha pasado, Liv, pero de repente todo se fue a la mierda y... no sé.
-¿Pero qué ha pasado?
-Esto va a ser más difícil de lo que pensaba...- se limpia las lágrimas que le habían salido y posa sus ojos sobre los míos-. Álex y...
-¡Se lo dije!- me separo más de ella hasta que hay una distancia considerable-. Le dije que no te hiciera daño, ¡se lo dije! ¡Lo voy a matar!
Ella niega repetidas veces con la cabeza, aspira profundamente.
-No fue él, Liv, fui yo.
-¿Cómo?- no puedo evitar hablar con asombro-. No, o sea, ¿por qué?
Ella simplemente eleva sus hombros, los chicos se han asomado al pasillo para ver lo que estaba pasando, al parecer esperaban su respuesta expectantes.
-Soy bisexual, Liv, y tengo novia. Salí con Álex porque me gustaba y me gusta, es decir, me parece guapísimo y es sensible, no sé, el tipo de chico del que todo el mundo se enamoraría menos tú, pero yo estaba tonteando con una chica al mismo tiempo que lo hacía con Álex, al final acabé con ella pero con él llegué a un punto increíble y Liv, no sé cómo explicarte que con él fue un periodo compartido que hizo que sintiera muchas cosas.
