Capítulo 22.

1K 40 2
                                    

Unos días más tarde

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Unos días más tarde. (7 de Agosto, concretamente)

-¿Ropa?

-En la maleta.

-¿Llevas las garrafas de gasolina?

-Sí.

-¿Las motos?

-En el remolque.

-¿El colchón?

-En el maletero.

-Dios, que aventura, no me creo que vayas a hacer esto.

-Se lo merece, es increíble.

Cierro el maletero, en el cual llevo dos maletas, una mía y otra de la rubia, la cual supongo que se dio cuenta de la falta de ropa de su armario.

-Marc...

-Con cuidado, lo sé, mamá.

-No es por eso, quiérela, se lo merece, porque ella lo hace.

Bajo la cabeza pero la levanto rápidamente, me paso una mano por el pelo y me muerdo el labio.

-Bien, todos tenemos que seguir el plan, ¿dónde está Liv?

-Con Al, deben de estar llegando.

-Bien, Santi, Carlos, al garaje.

Los dos mencionados van directamente hacia allí, Álex se encamina hacia la entrada del circuito y yo camino despacio haciendo el trazado de este, ellos tienen las indicaciones para darle a la rubia haciendo que acabe aquí.

En un lugar trágico.

En la doce.

La curva en la que el año pasado falleció un gran piloto. ¿Por qué la traigo aquí? Es fácil, es un lugar duro, un lugar con recuerdos tristes para todos, un lugar que quedó en nuestro recuerdo, un lugar que nos marcó a todos.

Y ella me marcó a mi, aunque de manera distinta.

Tampoco es para pensar que estoy comparando una carrera de motociclismo con una relación pero es algo similar, es decir, todo empieza en una salida y todo puede acabar bien, acabar tras equis número de vueltas metiendo veinticinco puntos en el campeonato; o todo puede salir mal y no conseguir ningún punto, o acabar perdiendo la vida.

Suelo ver mi relación con Liv Flynn como si se tratase de un campeonato, un campeonato que estoy dispuesto a ganar, pero no por que ella sea un trofeo, sino porque ella es la satisfacción diaria de estar en este campeonato. Cada día con ella es como si fuera una carrera, cada hora, una vuelta con sus curvas, sus frenadas, los acelerones y las salvadas. Hay carreras difíciles, carreras con las que no me encuentro cómodo con la moto o con los neumáticos pero también hay carreras espectaculares, carreras que van por si mismas, carreras en las que no hay que cambiar nada y en cuanto acabas sólo deseas que hayan durado más.

Lavanda || Marc Márquez (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora