Capítulo 6

1.7K 101 11
                                    

Maddison...

Sin decir nada extendió el celular para que yo lo tomara, un tanto dudosa lo agarré tratando de que mis temblorosas manos no le dejaran caer, lo acerque a mi oído sin dejar de ver la manera en que Alexander me observaba.

—Addy ¿Hola? ¿Sigues ahí? —no podría describir el enorme alivio que sentí al escuchar la voz de Sam —Esta bien. Se porque no quieres hablar conmigo y lo entiendo —comenzó a decir sin permitirme hablar —Te pido una disculpa, sé que estas molesta, no tienes una idea de cuanto lo lamento —suspiro —De verdad me fue imposible ir por ti, tuve que atender algo que me encargo Bestia. Debí decirte, le pedí a uno de los chicos que te llevara. Por favor Addy no te quedes callada, dime que no estás enojada —una vez que mi alma regreso a mi cuerpo, pude reaccionar y respondí de la manera más tranquila que me fue posible.

—Si. Gracias. No estoy molesta —de reojo observe a Marcus que no dejaba de observarme, tenía sus manos hechas puños —Puedes estar tranquilo, aunque tengo que admitir que me hubiese gustado que me avisaras —hice una nota mental para guardar el número de Sam en mi agenda, no quería pasar por la misma situación una vez más.

—Lo sé. Pero créeme me fue imposible, hasta ahora eh tenido tiempo de tomar mi celular, ¿te parece si te veo mañana? —el hombre junto a mi estaba que echaba fuego.

—¿Mañana? —no entendía para que me quería ver, habíamos convivido lo suficiente los últimos días y no necesitaba que Alexander me hiciera una escena por aceptar ver a Sam.

—Si ya sabes, para ir por ahí a tomar algo —no era buena idea aceptar.

—Mmm... no creo que pueda.

—Si no aceptas, quiere decir que estás molesta —solté una sonrisa por su intento de chantaje.

—Llámame mañana y vemos que hacemos —gire para ver a Alexander, estaba segura de que en cualquier momento estallaría.

—Ten por seguro que lo haré, que tengas linda noche.

—Igualmente —termine la llamada con una leve sonrisa en mi rostro.

Estuve a punto de morir de un infarto, gracias a Sam. También gracias a él había conseguido relajarme un poco.

Como era de esperarse al terminar la llamada la tensión invadió por completo el interior de la camioneta, sabía que a Marcus no le parecía para nada mi amistad con Sam, aun así, no permitiría que él tuviese algún derecho sobre mi como para prohibirme algo.

—Así que vas a salir con Samuel mañana —si sus hermosos ojos verdes fuesen una filosa navaja, en ese momento estuviese muriendo desangrada por lo penetrante de su mirada.

—En primera no tienes por qué meterte en mis asuntos —dije sin titubear —En segunda yo no te pregunto a ti cosas de tu vida personal y en tercera ¡QUE TE IMPORTA! —no supe que le causo tanta gracia, ya que, en lugar de enfadarse por mi respuesta comenzó a reír.

—Maddy, Maddy, Maddy —movió su cabeza de un lado a otro negando —Deberías hacerme caso y evitar retarme, créeme cuando te digo que no te gustará verme enojado —mi valentía se había esfumado y preferí reservarme mis comentarios.

Recargue mi cabeza en el cristal de la ventanilla, Marcus no había intentado nada más. El silencio en lugar de tranquilizarme, me incomodaba.

Me sorprendió un poco lo rápido que llegamos, para ser sincera no me había percatado del camino que habíamos tomado y si así fuese tampoco me lo hubiese memorizado ya que estaba muy oscuro. Lo único que podía recordar era que la mayor parte del camino estaba rodeada de árboles.

En manos de la Bestia Where stories live. Discover now