Capítulo 16

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Addy...

El calor de un cuerpo junto al mío me hizo despertar, sus firmes brazos me rodeaban, una de sus manos se detenía en uno de mis senos desnudos, sonreí ante el recuerdo de hace unas horas.

Después de unos minutos apreciando lo relajado que se veía durmiendo, comencé a deslizarme lentamente, tenía que ir al baño, no sabía qué hora era, pero aún estaba oscuro, antes de liberarme por completo de su agarre, se quejó y dio vuelta del otro lado de la cama.

En cuanto estuve en el baño, me quedé observado mi reflejo en el espejo, completamente desnuda, tenía algunas marcas cerca de mis senos, cada una de ellas hechas por los labios de Alexander, de inmediato mis ojos subieron a un costado de mi hombro, deteniéndose unos breves instantes en la cicatriz, no me causaba molestia a pesar de no estar cien por ciento curada.

Después de darme un baño muy rápido, me enrolle la toalla, mi cabello goteaba, mojado parte de mis hombros, al abrir la puerta me lleve el susto de mi vida.

—Santo cielo— él, al ver mi reacción lo único que hizo fue sonreír.

—Lo siento, no pretendía asustarte.

— Pero vaya que lo has logrado— sin importarle en absoluto qué no estaba completamente seca, se acercó para abrazarme.

—Me encanta tu olor— sin duda mis piernas comenzaron a temblar, tener sus labios cerca de mi cuello, sin esfuerzo alguno mi cuerpo temblaba ante su tacto, pero a él parecía no importarle en lo más mínimo estar delante de mí, totalmente desnudó —Tengo que usar el baño— como toda una boba, sonreí para después hacerme a un lado.

Me apresuré a buscar algo que ponerme, si me quedaba más tiempo desnuda sabía qué Alexander no desaprovecharía la oportunidad de regresar a la cama y hacerme el amor.

—Cariño tengo que salir de viaje por dos días, hay algunos problemas que requieren mi atención— escuche con atención, mientras se sentaba junto a mí.

—¿Es relacionado con lo de hoy?

—Si, eso hijo de puta que está dando información, fue listo, está echando a perder algunos negocios— la manera en que lo decía, con demasiado odio en su mirada, me hizo sentir un poco incómoda —Juro que cuando lo encuentre, pagara muy caro el haberse metido conmigo, va a sentirse tan miserable que deseara no haber nacido— me removí algo incomoda, comencé a sentir miedo de su reacción al saber que yo era la que había dado información —Hablemos de otra cosa, por ejemplo lo que tenías que decirme.

—Ah eso... este, pues...

—Maddy ¿qué sucede? — de manera muy tierna comenzó a besar mi frente, sin dejar de abrazarme —Hablare hoy con ella, no tienes de que preocuparte, no voy a casarme— por más que quería decir la verdad, algo me lo impedía.

—Alexander yo...

—Te prometo que todo estará bien— delicadamente alzó mi cara para darme un corto beso —Me gustaría pasar todo el día a tu lado, pero tengo cosas que hacer, te quiero.

Respondí a su beso de la misma manera, en cuanto nos separamos, se levantó de la cama, salió de la habitación dejándome hecha un completo lío, me sentía miserable de no poder decirle la verdad, pero mi miedo era mayor.

La mañana estaba transcurriendo con normalidad, claro después de tener una pequeña discusión con Mati para que me dejara ayudar con la limpieza de la cocina, necesitaba distraerme para dejar de pensar un poco, tan solo un poco en todo el caos en el cual se convirtió mi vida.

—¿Tu que piensa al respecto? — Mati acababa de decir algo, lo cual por estar distraída no había escuchado —Cielos Maddi, andas en las nubes, por la cara que tienes sé que no escuchaste ni una sola de mis palabras.

En manos de la Bestia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora