Capítulo 15

1.3K 82 2
                                    

Maddison...

—Hay algo que tengo que decirte —hice el intento por sentarme a su lado, me detuvo.

—Maddi ¿qué ocurre? —sin poder evitarlo, confesaría todo cara a cara.

No estaba segura de que fuese la mejor decisión, temía que nuestro pequeño avance se arruinara, aun así, lo haría.

—Lo que voy a decirte es muy importante. Te pido que me escuches —tome un largo respiro. No era facial lo que estaba por decir.

—Puedes decirme lo que quieras, no pienso decir nada. Mucho menos teniéndote de esta manera —beso mis labios, esta vez su beso fue breve.

Vamos Maddison, puedes hacerlo.

—Alexander, esto es un poco complicado —y ahí estaba una señal divina o que se yo.

Su celular comenzó a sonar.

—Lo siento —sin dejar que me alejara lo saco de su bolsillo. Observo la pantalla e hizo una ligera mueca, ignoró la llamada y dejó su celular junto a él.

Nuevamente el aparato sonó.

—Maldición.

—Puede ser importante —dije nerviosa.

—Dame unos minutos —asentí. Me levante de sus piernas, para permitirle bajar del auto.

Lo observé a través del cristal, no se había alejado mucho, pero si lo suficiente como para no poder escuchar. Con quien sea que estuviese hablando, era algo importante, ya que su rostro lo reflejaba; pasaba las manos por su cabello, sus labios se movían con enojo. No pude ver mas ya que giro, dándome la espalda.

En un arranque de desesperación, por saber lo que ocurría, decidí bajar del auto para acercarme a él. Conforme avanzaba, podía escuchar con claridad sus palabras, a pesar de ello no podía ver su reacción ya que seguía de espaldas.

—Maldita sea, ¿cómo demonios, ocurrió? — exclamo furioso —Saben lo que tienen que hacer. En una hora estaré ahí —dudé un poco, pero me decidí y toqué su hombro. Se tenso al sentir mi mano sobre él, seguí mi camino hasta quedar delante de él.

Sonrió, pero no del todo.

—Ya dije, más vale que hagan lo que ordene —alejo el celular de su oído, lo observo unos segundos y después lo guardo en el bolsillo del pantalón.

Estaba junto mí, pero era como si no estuviese. Su mirada estaba enfocada en uno de los enormes árboles, de alguna manera trataba de controlar su enojo; decidí permanecer en silencio y rodear su cuerpo con mis brazos, pensando que quizás un abrazo lo ayudaría a que se tranquilizara.

Desconocía por completo lo que ocurría, solo tenía la seguridad de que era algo grave por su forma de actuar.

Estuvimos abrazados por unos minutos hasta que la curiosidad me gano y rompí el silencio.

—¿Está todo bien? —me pregunta había sido estúpida, pero ya estaba hecha.

—Tengo problemas con uno de los cargamentos —dio un beso en mi frente.

—¿Qué tan grave es? —me miro a los ojos, una vez más me hacía temblar por esa forma de mirarme.

—Un hijo de perra, está filtrando información —me incomode. Mi cuerpo reacciono alejándose de él —En cuanto de con ese idiota, deseara no haberse metido conmigo —esta vez era yo la que se perdía entre lo verde de aquellos árboles.

En manos de la Bestia Where stories live. Discover now