Capítulo 12

1.3K 92 2
                                    

Maddison...

Dormir de un solo lado para no lastimar mi brazo fue una tortura, no estaba acostumbrada a estar prácticamente inmóvil, pero era eso o causarme más dolor. Sin poder evitarlo me recordaba a aquellos días en los que estuve encerrada, sometida a los crueles actos de un maldito.

Aleje cualquier mal pensamiento y me concentre en terminar con mi labor.

Estaba completamente lista para salir de la habitación, necesitaba poner varias cosas en orden. La primera y más importante conseguir mi celular, necesitaba saber que todo estaba bien, que mis problemas no habían aumentado por faltar a mi cita, trataba de ser positiva, quizás explicando el altercado que había tenido ellos se apiadarían de mí.

En ocasiones nada sucede como lo planeas, por más que te esfuerzas siempre hay algo que detiene tu andar.

—¿A dónde crees que vas? —en este caso era Mati, que interrumpía cualquier acto que estaba por hacer.

Dedicándole mi mejor sonrisa, me quede inmóvil cerca de la cama.

—Tengo que salir a trabajar —mi mirada bajo a la bolsa de plástico que colocó sobre la cama.

—¿De qué hablas? Lo único que tienes que hacer es descansar, no estas en condiciones de hacer nada, puedes lastimarte —ese lado regalón de Mati, era completamente nuevo para mí.

—No puedo quedarme aquí sin hacer nada. Siento que voy a enloquecer —hice un leve puchero.

—Son órdenes del joven Marcus, tienes prohibido hacer cualquier tipo de esfuerzo —puse mis ojos en blanco al escorar la razón por la que no podía salir —Como estoy cien por ciento de acuerdo con él, lo mejor será que regreses a la cama, mientras tanto iré por algo para que desayunes.

—Pero...

—Pero nada —me interrumpió —Vuelve a la cama, no tardaré en estar de regreso. Te dejo tus cosas, el joven Joe me comento que preguntaste por ellas, ayer se me olvido traerlas.

Antes de que pudiera repelar, me dejo sola en mi habitación. En cuanto me vi completamente sola, me apresuré a vaciar el contenido de la bolsa sobre la cama.

Lo primero en lo que me concentré fue en buscar mi celular, era lo más importante; el aparato como era de esperarse estaba apagado, imaginé que por falta de batería.

Me levante de la cama, para buscar el cargador y conectarlo a la corriente eléctrica. Cuando más rápido encendiera mejor.

Pasaron unos minutos los cuales se me hicieron eternos, la urgencia de saber si tenía algún mensaje se mezclaba con el temor de ver si estaba en problemas.

En cuanto el aparato prendió, sentí como mi corazón se detenía en cuanto apareció en la pantalla un mensaje recibido. Con mis temblorosas manos le di leer.

"Te creíste muy lista al hacerme esperar, ahora será él, quien pagará las consecuencias de tus actos. L "

Puse mi mano sobre mi boca, ahogando un grito, mis lágrimas eran la única señal de lo mal que me sentía, comencé a dar vueltas por toda la habitación.

Tengo que salir de aquí.

Debo decirles lo que ocurrió.

No puedo permitir que le hagan daño.

—Tengo un sueño de los mil demonios, pero con tal de verte soy capaz de no dormir en una semana —detuve mis pasos al escuchar la voz de Sam —Mati me pidió que te trajera esto o más bien le rogué por ser yo el que viniera a dejarte el desayuno —antes de girar a verlo, limpie mis lágrimas.

En manos de la Bestia Where stories live. Discover now