☾︎ 𝚅𝙸𝙸𝙸 ☽︎

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— ¿Quieres salir conmigo? —preguntó Lauren.

Camila se ahogó con su propia saliva al escuchar tal brusco cambio de tema.

—¿Qué? —preguntó tosiendo, Lauren la miraba con gracia.

—Que si quieres acompañarme mañana o pasado, a algún lugar...

—Eh...—el pulso se le aceleró—Sí, estaría bien.

—Eso es bastante bueno.—sonrió— Háblame de tí, Camila Cabello... Sabes mis pasiones ocultas y yo no sé nada de tí...

—Bueno... Yo... —se rascó su nuca nerviosa— Me gustan las malteadas, los cachorros y quisiera viajar a París, pero eso es todo lo que quieren las chicas normales, entonces no soy alguien importante o impresionante como tú.

—Sí que lo eres. —siguió observando las estrellas, con una pequeña sonrisa.

—¿Por qué lo dices?

—Porque una chica 'normal' o 'común', se hubiese hartado cuando yo comenzase a hablar de la estrellas...—se acercó más a la latina— ...Porque una chica normal no me habría llevado la contraria en aquella farmacia... Hubiese cedido ante mí y ya. —dió otro paso hacia Camila, dejándola totalmente pegada al Mustang— Porque una chica normal no teme a ser juzgada y tú sí, porque sé que me acabas de mentir.—sonrió maliciosamente.

—Lauren, yo...—dijo a milímetros de sus labios.

—Sé perfectamente que no eres lo que acabas de decir, pero lo dices porque temes que te juzgue, y no, no tengo el derecho para hacerlo. —se acercó un poco más, casi rozando sus labios con los de la latina, sin hacer ningún movimiento.

Camila suspiró, cerrando los ojos, lista para sentir el beso.

—No debes temer... —susurró Lauren, separándose bruscamente, caminando y entrando a la pizzería de nuevo, dejando a Camila totalmente sonrojada, bajo una noche llena de estrellas y una Luna llena.

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22 de Mayo, jueves.
8:05 AM

Al otro día en la mañana.

Universidad Richard McNeil.

Camila Cabello corría por los pasillos, mientras tropezaba con los estudiantes.

Llegar quince minutos tardes a la clase de Estructura Bucal, no era muy bueno de su parte.

Pero, como el destino también tenía derecho de interferir y jugar sus cartas, chocó con una fina espalda cubierta con una chaqueta de cuero negra.

—¡Por Dios, no!—susurró inaudible mientras subía su vista, rogando porque no sea quien creía. Su pecho estaba agitado, había corrido prácticamente.

—¡Hola, Camila!—volteó y con una sonrisa saludó a la morena.

—Hola, Lucy...—la aludida sonrió tentadoramente, como siempre hacía. Pensó que era Lauren, pero se sorprendió, pues era la mejor amiga de ésta. Casi siempre ambas tenían esas chaquetas de cuero.

Esa actitud galante, mucho más presumida que la de Lauren.
Una sonrisa perfecta, con sus habituales lentes de sol pequeños y sus cejas pobladas casi totalmente fruncidas.

Sinceramente las mejores amigas más sexys de último año. Lucy y Lauren.

—Veo que vas tarde, chica...—sonrió de lado—déjame acompañarte hasta el salón. ¿A cuál vas?

𝙴𝚕 𝚂𝚎𝚌𝚛𝚎𝚝𝚘 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝙻𝚞𝚗𝚊 [camren] Where stories live. Discover now