𝙴𝚕 𝚂𝚎𝚌𝚛𝚎𝚝𝚘 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝙻𝚞𝚗𝚊 [camren]

☾︎ 𝚇𝚇𝚅𝙸𝙸𝙸 ☽︎

Finalmente llegaron al apartamento de Sabrina a exactamente 9:20 PM.

Después de saber de dónde venía la rubia, a Lauren no le sorprendió ver lo hermoso que era su hogar.

Durante el camino de regreso, Sabrina le comentó que le gustaba cantar, pero era muy insegura, que en su tiempo libre producía su propia música, que amaba la carrera de medicina a la vez.
Venía de padres adinerados, pero ella había preferido tener una vida distinta a ellos.

—Ponte cómoda Laur... —sonrió, para caminar hacia la cocina.

Lauren se quedó ahí, analizando todo.
Se acercó a las paredes, observando el color de éstas y las fotografías que tenían colgadas.
Habían de Sabrina, de su familia y de varias personas más que no conocía, habían varias en donde estaban un grupo de jóvenes, incluyendo a Sabrina.

Pero las que más le llamaron la atención, fueron las de Sabrina junto a una morena clara. Habían muchas junto a esa chica.

El color de las paredes era un verde oliva y blanco, con una decoración de muebles en negro y dorado.

Suspiró.

Decidió seguir caminando y detallando todo, hasta que llegó a la cocina, encontrado a Sabrina comiendo de una lata.

No pudo evitar soltar una carcajada.

—¡Es cierto! ¡Tú no eres la clásica niña rica! —carcajeó, viendo a Sabrina sonrojarse y tirar la lata a un lado.

—¡Calla! —dijo también riendo y tomando la bolsa con su pedido de McDonald's y llevarlo hasta el sillón donde ambas se sentaron, aún sumidas en risas.

Estaban demasiado juntas en aquél sillón.

Sabrina, se alejó disimuladamente hacia la izquierda, y Lauren, sin querer rechazarla, se hizo a la derecha.

Luego, ambas vestidas formales, comenzaron a comer sus hamburguesas, sentadas en el sillón viendo la televisión.

Luego de terminar de comer e intercambiar risas y conversaciones, Lauren fue un momento al baño.

La rubia decidió ese momento a solas para limpiar las sobras y arrojarlas a la basura, más, cuando iba de nuevo al sofá, el timbre de su casa sonó.

Le parecía extraño que alguien fuese a esa hora, sólo podía ser una persona.

Así que, caminó hasta la puerta, decidida a abrirla.

En ese mismo instante, Lauren Jauregui iba saliendo del tocador y caminaba hacia la sala de estar.

Sabrina abrió la puerta y se encontró con nada más y nada menos, la persona que pensó que sería. Sonrió grandemente y saltó de la felicidad al ver ahí parada a Rowan Blanchard.