☾︎ 𝚇𝚅𝙸 ☽︎

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—¡Karla!—llamó la Polinesia a la latina. Quiénes estaban sentadas en una mesa de la universidad.

—¿Qué te ocupa?—rodó los ojos.

—Eso debería preguntarte yo a tí, Camila.—bufó dejando su amabilidad—¿Quieres desestresarte? Tus dedos no son tan largos como los míos, pero te servirán para un buen rato.—encogió los hombros, para ganarse un puñetazo de la latina. Normani se carcajeó. 

—¡Cállate, Dinah Jane! Esto... Esto es serio...—fue bajando la voz—Estoy... Estoy preocupada, no lo sé... Pero tengo un presentimiento.—tomó su cabeza entre sus manos.

—¿Cómo es eso, Mila?—preguntó Normani enseriándose.

—No quiero creer que algo malo está por pasar, realmente todo está yendo de maravilla, pero muy dentro de mí, sé que tanta felicidad sólo es anticipo de verdadero dolor...

—¡No pienses así, Mila!—volvió Normani, mientras la rodeaba con sus brazos—Tienes que enfocarte en lo bueno, disfrutar los momentos felices, pues ellos son el aliento para los momentos tristes y dolorosos...—acarició su espalda.

—Tengo miedo que algo pase. Sólo eso. —metió su cabeza entre sus manos.

—¿Por qué pasaría algo malo?—pregunto Dinah—Tranquila, nos tienes a nosotras, ¿y sabes qué? Tienes a esa chica maravillosa a tu lado.—señaló donde venía Lauren a paso rápido frente a ellas.

Estaba toda vestida de negro, con los labios pintados con labial negro, y su cabello ondulado.
...Sus ojos estaban más maquillados de lo normal, pero se veía increíblemente bella.

—Wow

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—Wow...—dijo Normani en un buche asombrada por la belleza de la ojiverde.

—Wow por dos.—dijo Dinah sin apartar la vista y Lauren sonreía, pero sus ojos estaban clavados en Camila.

Camila no dijo nada, pero estaba muy perdida en aquella mirada, mientras se preguntaba por qué alguien tan especial la habría preferido a ella.

—¡Hola, chicas!—saludó mientras le daba un beso en la mejilla a Dinah y después a Normani, quienes quedaron mareadas con el divino perfume de la chica.

Suspiraron como pequeñas de trece al ver al ver a su artista favorito.

—Hola a tí también...—susurró haciendo que Camila se levantase, para poner ambas de sus manos en la cintura de la latina, quien razonando  instante, también puso sus manos en las caderas de la ojiverde.

Lauren tomó con una mano el mentón de la latina y le dió un corto beso en los labios.

Normani y Dinah silbaron y aplaudieron de la emoción.

—¡Pido ser madrina!—carcajeó Dinah.

Y en ese momento, Camila olvidó todas sus preocupaciones, pues tenía a la persona que la levantaba todos los días, entre sus brazos sonriéndole.

𝙴𝚕 𝚂𝚎𝚌𝚛𝚎𝚝𝚘 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝙻𝚞𝚗𝚊 [camren] Where stories live. Discover now