Perdida en Ninguna Parte (En edición)

capitulo 13

Estábamos todos en el barco del ¨Capitán Jones¨, como lo había llamado uno de los hombres que andaba alrededor del barco. Mirana se encontraba a mi lado e iba disfrutando del sol en el rostro mientras que Alice estaba de pie hablando con el Capitán con una mueca ceñuda.

-¿Por qué su nombre me parece familia? –le pregunto bajito a Mirana, quien tiene incluso los ojos cerrados y se apoya de sus antebrazos.

-Em... No lo sé, tal vez lo habías escuchado mencionar antes... -respondió sin abrir los ojos. Iba a volver la mirada hacia donde estaba mi madre otra vez, pero al hacerlo me encontré con telas negras y blancas.

-Es un placer por fin conocer a la hija de Alice. –escuche que decía una voz proveniente del lio de telas. Me aparte un poco para verle mejor a la cara.

-Sip. –respondí haciendo sonar de más la 'P'. –Esa soy yo capitán.

. –Tengo un tiempo conociendo a tu madre, y he de admitir que te pareces mucho a ella, quizá físicamente, pero también en la personalidad... obstinada y un poquitín arrogante.

-¿A si? ¿Quién le dijo que soy obstinada y arrogante, Capitán? –le pregunte burlonamente desafiándole con la mirada, pero no logre intimidarlo ni un poco ya que no la aparto.

-No hubo necesidad alguna, mi queridísima niña, solo hay que ver como levantas el mentón de esa forma y lo notaras... -respondió haciendo caso omiso a mi burla. Auch. –Solo bromeo, me gusta hacer sufrir un poco a las personas, solo para el disfrute propio. –respondió sonriendo de lado. A mi lado Mirana rio. Casi se me había olvidado que estaba ahí sentada.

-Ay Killian, no seas tan cruel. –le dijo poniéndose de pie y llevándose al hombre con ella.

Me quede sentada donde mismo estaba. No tenía idea de donde, pero estoy segura de que su nombre me suena. Trate de recordar de donde conocía a ese hombre y por qué me era tan familiar, entonces sentí un peso detrás de mí, haciéndome casi perder el equilibrio.

-Oh, cuidado. –dijo alguien detrás de mí.

-Edgar por Dios, casi me matas del susto... -le digo y el ríe entre dientes.

-Ay no seas exagerada, Evangeline. Solo te sorprendí.

-¿Sabes? Puedes llamarme Eva si quieres. –le digo porque note que siempre me llamaba ¨Evangeline¨ y así es como me llama mi abuela cuando estoy en problemas.

-Está bien, entonces... Eva. –termina diciendo y sonríe al decir mi nombre.

-Exacto. –le respondo y vuelvo a mirar el barco, para perderme otra vez en mis pensamientos.

-¿En qué piensas? –me pregunta Edgar luego de un rato. Suspiro y me vuelvo hacia él, apoyando mi espalda en la... pared o lo que sea del barco.

-Pues, en lo mucho que extraño a mi abuela y a mi padre, sé que sonara un poco raro, pero incluso extraño la escuela... -digo y reímos. –Ah, y también me preguntaba donde había escuchado el nombre de Killian Jones, me suena pero no recuerdo de donde...

-Em... creo que puedo ayudarte con eso... Estudie bastante cuando estaba en el castillo de Alexia, ya que no tenía nada que hacer, mejor me puse a hacer algo productivo, y de mucho me ha servido... -me dice y posa su mirada en el cielo azul, yo en cambio trato de esconderme del intenso sol que no hace más que permanecer en posado en mi cara. –Pues, según leí por ahí y recuerdo haber vivido, al capitán lo llamaban por muchos nombres, tantos que ya ni los recuerdo, solo recuerdo que los principales eran dos, pero tampoco los recuerdo, lo siento. –en este punto ya él tenía los ojos cerrados, disfrutando del sol, justo con Mirana lo había hecho antes. –Pero, si te sirve algo, en los tiempos oscuros el capitán no era un hombre muy honrado, era un ladrón y estafador, y aunque peleaba al lado de la reina blanca, siempre ha jugado sucio, hasta los últimos años, claro. Luego de los días oscuros, el capitán no bebe tanto como solía, dejo de robar, o al menos a los pueblerinos, y se entregó por completo a servicios de la reina. –termino, abriendo un ojo para darme un guiño.