Capitulo 17

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Todo el mundo se alarmó después de la escapada de Alexia. Alice se veía enojada y apretaba la mandíbula mientras miraba un punto fijo pensando. Irasabeth y Mirana se dirigieron al centro del salón y comenzaron a calmar a la multitud.

-Tranquilos... -dijo Mirana, levantando ambas palmas en señal de paz. -todos sabemos que Alexia es prácticamente amenazas y como dicen "perro que ladra no muerde" así que mantengamos la calma, Alexia solo quería que nos alterásemos y no disfrutáramos de la fiesta pero eso es justamente lo que vamos a hacer... -dijo, la tensión desapareciendo del lugar a medida que sus palabras fluían, la gente escuchando a su reina.

Luego de unos segundo todo el salón volvió a sonreír y bailar mientras murmuraban alegremente, incluso Alice de relajo un poco y se retiró de mi lado para irse a hablar de la maravillosa decoración con el Sombrerero.

-Alexia siempre ha sido del tipo dramáticas... -dijo la voz que reconocí como la de Edgar por mi lado derecho, pero casi no lo veía por culpa del sombrero por lo que opte quitármelo.

-¿Estas bien? -le pregunte, se veía un poco consternado y tenía pequeñas marcas rojas donde Alexia le apretado demasiado.

-Si, es solo que ahora me doy cuenta lo bien que la conozco y me pregunto por que no me había alejado antes de ella si sabia que era tan mala...

-Bueno, ella era para ti la única persona cercana, justo igual que tu para ella... -le respondo a su meditación.

-Bueno, basta de hablar de ella... -dice soltando un suspiro. -¿Me concederías esta pieza? -me pregunta haciendo una reverencia, haciéndome reír.

-Claro... -respondo y le doy mi mano. Edgar me guía hasta uno de los extremos de lo que se había convertido una pista de baile. Poso su mano derecha entre mis omoplatos y me tomo la otra en alto, por lo que yo puse la que sobraba sobre su hombro y comenzamos a movernos en un vaivén con los pies, la música suave, y las risas de los demás invitados. Todo se sentía totalmente perfecto, como una escena de una película de princesas, pero como a estas siempre les pasa algo malo...

-Estas muy hermosa esta noche, Evangeline. -me susurro al oído. Estábamos peligrosamente cerca el uno del otro, pero no me importaba en lo más mínimo, se sentía bien sentir sus brazos a mi alrededor, aunque solo fuese de lejos.

-Gracias... -le susurre de vuelta. Era mejor decírselo ahora. -Edgar...

-¿Humm? -murmuro muy entretenido olisqueando mi cabello.

-M-me voy... -le solté.

-Pues no te vayas... -murmuro de vuelta mientras una tranquila risa hacia cosquillas en mi cuello.

-Tengo que. -le volví a decir y este al ver el tono que use se paro de repente tenso, su rostro mostrando desconcierto.

-Lo dices en serio... -me dijo acusatoriamente. Paramos de bailar así que lo lleve a una esquina del salón donde no habían muchas personas.

-Si, lo digo en serio. -fue lo primero que le digo cuando me volteo hacia el. Una mirada de dolor cruza por su rostro. -Lo siento Edgar, he estado tratando de decírtelo desde hace días pero he estado ocupada y no he tenido la oportunidad. Además, no quería empezar nada que no fuera a terminar, también por eso te estaba como que evitando un poco... -le digo notando mis mejillas teñirse de un dulce color rosado.

-¿Entonces no piensas volver?

-No lo sé... -susurro y agacho la cabeza mordiendo el interior de mi mejilla. Me levanta la barbilla y me mira con los ojos brillantes, iba a decir algo pero el me calló de repente al posar sus labios en los míos, fundiéndolos en un suave beso.

Perdida en Ninguna Parte (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora