Capitulo 15

110 8 4
                                    

No se cómo pero me encontraba en la parte más alejada de la playa, sentada bajo una palmera, la arena haciéndole cosquillas a mis dedos. Después de que escuche a Alice hablar con el sombrerero salí corriendo sin ningún sentido de dirección y así fue como llegue aquí. Era impresionante como después de pasar tantos años teniendo una madre y después de pasar tantas cosas en Witzen junto a ella, no quiera pasar un segundo más juntó a ella. Ni junto a Edgar. Aunque él me había salvado la vida arriesgando la suya ya no veía el punto de seguir con lo que sea que tengamos. El me libero igual que yo a él, no le debía nada.

De repente me entro una nostalgia y extrañe a mi loca abuela y mi distraído padre, la escuela y mi confortable cama.

-Es un hermoso lugar para pensar, ¿no es cierto? -dijo una voz detrás de mí. Me limpie rápidamente las lágrimas que habían rodado por mis mejilla y me sorbí la nariz. -Lo siento, no quise asustarte... -dijo otra vez y se sentó a mi lado dándome la completa toma del magnífico capitán Killian Jones. -¿Por qué estás aquí afuera sola cuando deberías estar allá dentro con tu madre haciendo preparativos y diseñando tu magnífico vestido? -dijo sonando sarcástico.

-No estoy de humor. -le dije secamente respondiendo ambas preguntas. El capitán posó sus ojos azules en mí y los volvió al horizonte del océano.

-¿Sabes? Siempre me ha gustado navegar, y desde joven todos me preguntaban que le veía a permanecer en un barco apestoso en el cual en cualquier momento podría perderme y morir en el naufragio. Pero nada de eso me importo, ¿sabes por qué? porque me sentía libre, yo mismo cuando estaba marea arriba, las cosas las controlaba yo y podía hacer lo que quisiera con ellas... - me dijo.

-¿Por qué me dices esto? -le digo, al borde de las lágrimas otra vez.

-No lo sé, la verdad es que tal vez solo te vi aquí y supuse que querías compañía, además que esa anécdota siempre funciona para subir el ánimo... -dijo queriendo parecer arrogante. Reí, pero mi risa sonó como un resoplido. -Oh tal vez solo quería decírtelo para que supieras que todavía hay tiempo de hacer lo que quieras con tu vida, después de todo, es tuya, ¿No?

-La verdad es que ni siquiera sé que quiero hacer con mi vida realmente... -le respondí volviendo a secar mis lágrimas.

-¿En qué pensabas cuando llegue? Parecía que pensabas en algo que perdiste... -me pregunto.

-Pensaba en mi abuela. Ella fue quien me crio junto a mi padre. Pensaba en ellos y lo mucho que los extraño a ambos. Extraño todo de mi anterior vida, todo, mi vieja casa, mi cama, incluso la agotadora clase de educación física de la escuela... -dije. Me miro extrañado al mencionar la escuela, por lo que me encogí de hombros para quitarle importancia. -Pensaba en lo normal que era mi vida antes de entrar a Witzen...

-¿Y qué ha cambiado desde entonces? -me pregunto. Lo mire incrédula pero luego comencé a reír. ¿En serio me estaba preguntando que había cambiado desde que llegue aquí?

-Pues todo. Creía que no tenía madre y resulta ser que es un personaje de un libro para niños. La magia existe y mi abuela es media bruja, por lo cual es muy probable que yo también tenga magia. Existen criaturas que nunca en mi vida imagine siquiera mencionar. Estoy en Neverland hablando con un pirata ficticio, prácticamente... muchas cosas han cambiado.... -le conteste enumerando con los dedos.

-¿Y? a veces el cambio es bueno. Alguien dijo por ahí, ¨Si la vida te da limones, haz limonada¨... -me dijo.

-No lo sé... yo... Estoy cansada, eso es todo. -le digo apoyando mi cabeza en mis rodillas.

-¿Qué vas a hacer ahora? -apenas oi su pregunta.

-No lo sé. -respondí otra vez. -Yo solo quiero irme a casa...

Perdida en Ninguna Parte (En edición)Where stories live. Discover now