¿Llegará?

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-¡Ven aquí!- le gritó la mujer a la pequeña que corría por la casa de un lado al otro, era rápida y escurridiza para alguien de su tamaño, corría y corría con todas sus fuerzas hasta que se tropezó con sus pequeños pies descalzos. La mujer corre hacia ella y la levanta por sus hombros -se acabó- le dijo, la niña estaba exaltada por el pequeño maratón que hace un momento había hecho, la mujer con una mirada seria la observa unos segundos hasta que le dice:

-Tienes que dormir jovencita ya te divertiste haciendo correr a mamá a estas horas de la noche pero dime ¿No te lastimaste?¿Estás bien?- la pequeña solo se limitó a sonreírle a su madre y contestarle:

-No mami estoy bien solo un pequeño golpecito en mi rodilla derecha- su madre río un poco y le dijo:

-Esa es la izquierda cariño se nota que tus cromosomas no son del todo mi herencia- la pequeña la miró con duda.

-Cro... ¿Qué? Mamá tienes que dejar de decir trabalenguas, me confunden- su madre la puso sobre sus hombros y con una sonrisa le dijo:

-Si cariño luego lo entenderás, después de todo aún eres pequeña.

-No lo soy tengo casi cuatro años, soy una niña grande- le decía con un pequeño y tierno seño fruncido.

-Esta bien si es así creo que la niña grande no quiere que la cargue de caballito de aquí hasta su cama ni que le dé un vaso de leche tibia o que le lea un cuento antes de dormir ¿Verdad?- le dijo a su hija apartando su mirada a lo que la pequeña solo le dijo:

-Bueno soy niña grande pero me gusta que la mejor mamá del mundo me consienta, además en las noches a la única que tengo es a tí.

Al oír eso su madre solo le dió una mirada seria pues sabía que era verdad, en las noches solo ella le da amor, en las noches solo tiene a su madre...

-Mejor vamos a tu cuarto por un poco de leche para ambas creo que necesito dormir hoy con mi hija- la mujer llevó cargando en su espalda a su hija quien a pesar de no ser para nada atlética lo que más amaba era pasar tiempo con ella, nada tenía que ver el ser una niña bastante pequeña pues contrario a lo que se creería era una chica muy activa lo cual agradecía claro los días que la podía dormir temprano, cuando llegaron a la habitación de la menor su madre empezó a hacer ruidos como si se tratase de un avión:

-Aquí torre de control están volando en espacio privado por lo que... ¡Serán derribados!- dando vueltas por el cuarto ambas reían hasta que se cayeron en la cama cosa que enseguida y con una voz de robot la madre dijo:

-Veo vida hostil es hora de eliminar espécimen.

-Jajajajajaja ¡Basta mamá detén el robot de las cosquillas jajajaja no jajaja para!.

-Ja ja ja ja el espécimen parece rendirse pero solo hay una manera de desactivarme.

-¡Tú jajaja ga... Ganas jajajajaja ma... Ma... Mami!.

En un rápido movimiento la pequeña abrazó a su madre y besó su mejilla.

-¡Listo! El robot de las cosquillas fue desactivado con éxito de nuevo y ahora pido un vaso de leche tibia como trofeo- decía la pequeña con una sonrisa.

-De acuerdo tú ganas pero para la próxima no será tan sencillo, regreso en un momento traeré leche tibia para ambas pero antes de que me retire quiero que te acuestes para cuando regrese y no que estés brincando en la cama de nuevo ¿Entendido señorita?.

-¡Entendido y anotado! Capitana mami- respondía saludando como militar.

La mujer salió del cuarto de su hija con dirección a la cocina, abrió su refrigerador y en un pequeño recipiente sirvió la leche y la puso a hervir, se quedó mirándola, a los pocos segundos empezó a hablarse a ella misma:

Eres la C8H11NO2 que acelera mi corazónWhere stories live. Discover now