Mis mejores días contigo

574 25 8
                                    

Han pasado unas semanas desde que Lisa tuvo ese pequeño encuentro con su visitante de otro universo y las cosas no podrían ser más tranquilas. El día es increíble, hace frío pero no al grado de sentir que se congela la piel, se disfruta hasta cierto punto tan agradable clima, Leni se pasea muy feliz por toda la casa pero durante su andar recuerda que Luan la envío por Lisa para que le diera un remedio contra el dolor de cabeza, al no haberla visto en la casa cree que debe de estar en su sótano y por supuesto que está ahí, entra sin tocar y ve a Lisa completamente roja sentada en su gran escritorio.

-¡Hola Lisa!

-Ho... Ho... Hola... Le... Leni.

-¿Estás bien? Estás roja hermana.

-No... Te preocupes... Todo es... Ay... Está genial.

-De acuerdo, oye, Luan necesita una píldora para el dolor de cabeza, ¿Tendrás algo que le ayude?

-Es... Ah... Está en mi ha... Ah... Habitación den... Dentro de la luna de mi... De...

-¿De tu clóset?

-Ajá... Ve...

-¿Segura que no te sucede nada?

-Se... Segurahh... ¿Me... Dejas sola?

-Claro, te veo en la tarde.

Cuando Lisa se aseguró que Leni había salido del sótano tomó una libreta y con fuerza golpeó a Lincoln quien estaba de rodillas haciendo... Cosas de adultos.

-¡Eres un tonto! ¡Nos pudo haber descubierto! Menos mal que fue Leni.

-Si pero no te hagas la difícil amor sé cuánto querías intentar algo así de pervertido y vaya que lo disfrutaste.

-¿Oh, yo lo disfruté?

-Claro, no es como que yo quién solo venía a preguntar sobre la comida de hoy en la tarde hubiera decidido atacarte.

-¿Estás insinuando que yo te provoqué?

Lincoln le regaló una mirada furtiva a su esposa antes de recordarle lo que minutos antes había pasado:

-Yo creí que podríamos hacer una pasta con un poco de ensalada, hoy es día de comida saludable mi vida.

-Tienes razón Linc, detesto estos días.

-Si pero hay que hacerlo, Lulu debe de comer sano y tú necesitas cuidarte para nuestra bebé.

-Si, aún no siento nada de los efectos del embarazo.

-Cuando los sientas desearás haberte quedado así cariño.

-Y me lo digas...- pensando en lo que acababa de decir una cara llena de lujuria se dibuja en su rostro -ay pero qué tonta soy, mira Linc tiré mi bolígrafo- agachándose delante de él menea sus caderas frente a su esposo.

-Wow...

-¿Qué pasa amor? ¿No vas a ayudar a una chica a cargar algo pesado?

-¡Olvida la estúpida pluma!

Llevándosela a su escritorio Lincoln le quita en menos de un segundo sus pantalones, en sus ojos no hay lugar para el amor y solo quiere disfrutar la intimidad con su esposa.

-Siéntate en tu silla.

-Pe... Pero Linky...

-Ahora.

Sin negarse Lisa se sienta en su silla con las piernas abiertas, le da pena y su cara está completamente roja, Lincoln se arrodilla frente a ella lanzando una mirada lasciva.

Eres la C8H11NO2 que acelera mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora