Cuarenta y ocho

1.2K 155 220
                                    

«A su Majestad:

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

«A su Majestad:

Reconozco que no ha pasado tanto tiempo desde la última vez que nos hemos visto, pero tuve el deseo de informarle de algunas buenas noticias, que sé que resultarán también de su agrado.

Afortunadamente, el cristal núcleo de mi reino ha regresado a su hogar, y ha vuelto a adaptarse a este con mayor facilidad de la que me supuse. Puedo afirmar con absoluta certeza que Wölcenn está a salvo, aunque procuro hacer vínculos con constancia para asegurarme de que todo esté en orden.

Me gustaría mucho que pudiera verlo por sí mismo, ya que esto ha sido solo gracias a usted, y de la misma forma en que me recibió en su reino, recibirle, pero sé que no será posible.

Tal vez se deba a que pase mucho tiempo lejos de casa, pero al volver, e incluso ahora, siento extrañas algunas cosas que estuvieron delante de mí siempre. Puede ser que el conocer nuevos lugares, me haya hecho mirar mi propio hogar con otros ojos.

No obstante, debo confesar que nada se iguala a su reino, y hasta el momento, sigue sorprendiéndome todo lo que conocí gracias a usted.

Aunque quizás, más que el reino, me gusta mucho más el rey que lo rige.

Acepto que el motivo de esta misiva es tan solo una excusa muy débil para romper mis propias promesas, y espero que en cuanto la recibas y veas que se trata de mí, te deshagas de ella sin abrirla siquiera.

Solo pretendo desahogarme, porque incluso si duele más, no voy a hacer el menor intento de olvidarte. Aun si te sentí mío por muy poco tiempo, te aseguro que jamás fui tan feliz.

̶E̶s̶p̶e̶r̶o̶ ̶q̶u̶e̶ ̶l̶l̶e̶g̶u̶e̶s̶ ̶a̶ ̶s̶e̶n̶t̶i̶r̶ ̶l̶a̶ ̶m̶i̶s̶m̶a̶ ̶f̶e̶l̶i̶c̶i̶d̶a̶d̶ ̶c̶o̶n̶ ̶a̶l̶g̶u̶i̶e̶n̶ ̶q̶u̶e̶ ̶e̶n̶ ̶v̶e̶r̶d̶a̶d̶ ̶t̶e̶ ̶m̶e̶r̶e̶z̶c̶a̶.̶ ̶

Me alegra haberte conocido, aunque siento que mi llegada a tu vida solo te dio problemas.

Yo siempre seré tuyo,

Lyn.»

El capitán no tuvo algo como un «primer pensamiento» acerca de la misiva que acababa de leer. Durante un largo tiempo, permaneció en blanco, y cuando intentó reaccionar, lo primero que hizo, fue leer la carta de nuevo, desde el principio.

Y volvió a releerla, una y otra vez.

La hoja desprendía cierto perfume familiar de flores que reconocía solo en Lyn, por lo que podía asegurarse de su autenticidad.

Y más allá de eso, no entendía nada más. No podía pensar en nada más.

En el tiempo que había pasado, regresó a su reino anunciando la victoria, pero muy pocos deseos tenía de celebrarla.

Decidió ocuparse de su trabajo, enfrascándose en ello para no pensar más en lo que le dolía. Si se era honesto, no tenía en mente olvidarlo, al menos no por ese momento. Pero sabía que tenía que hacerlo pronto, por más que la idea le hiriera, y de repente, un ave gigante muy parecida a Phoellie había arribado en el puerto como si nada, con una nota sujetada a su pata.

Almas de cristalWhere stories live. Discover now