Capítulo 1.

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LAGOM: Swedish word for "Not too little, not too much. Just right."

Levanta polvo con cada pisada. Cada vez pisa con más fuerza y menos frecuencia. Siente que sus muslos no van a permitirle muchas más, así que saborea con ganas ese ardor que recorre sus piernas que tanto asusta las primeras mañanas, y se convierte en adictivo hacia el final del verano. Le ayuda que las últimas calles son en bajada, y le ayuda incluso más no escuchar sus propios jadeos, pues los ahoga con la música que no deja de sonar en sus oídos. Lo que sí siente es su pecho retumbar con cada zancada y el sol arder en su piel, pero los primeros días de septiembre le dan algo de tregua y consigue acabar su recorrido sin desmayarse, no como aquella primera mañana de junio, tras todo un curso sin recorrer un solo metro.

Sus piernas, amenazantes de no poder acompañarlo en los últimos metros, tiemblan con desespero y piden a gritos un descanso, así que reduce la velocidad y comienza a trotar suavemente en dirección a su hogar. A escasos metros de la gran puerta metálica, recuerda que ha olvidado las llaves dentro y no está seguro de si su familia ha regresado de la playa.

Raoul pesca su teléfono del bolsillo de su pantalón y para la música. Es consciente entonces del jaleo de sus jadeos, y le gusta incluso más sentirse así de agotado. Ojalá sus piernas le permitieran correr una hora más.

Efectivamente, tras comprobar con unos mensajes que su familia aún no está de vuelta ni tiene la intención de estarlo, se da cuenta de que está encerrado fuera de su casa. Sabe que no es difícil entrar, puesto que vive en una comunidad de edificios, un total de muchos vecinos que en algún momento tendrán que entrar o salir. Aunque también es verdad que, teniendo piscina comunitaria, poco se necesita de fuera con el calor que aun toca en el pueblo.

Piensa que, si alguien decide salir por la puerta en ese momento, no necesitará llaves para entrar dentro de su piso, puesto que se trata de uno de los bajos que tiene un pequeño balcón que da directamente a la zona comunitaria de césped, y no sería la primera vez que entra a hurtadillas saltando su barandilla. Ventajas de que el único balcón de la casa sea el de su habitación, escogida con total intención de tener esa entrada y salida extra. Nunca bloquea la puerta porque conoce a todos los vecinos y sabe que a nadie se le ocurriría saltar la barandilla, además de que nadie sabe que nunca está cerrada.

El fuerte motor de un camión se abre paso por su calle y pone fin a su recorrido justo delante de la puerta metálica de la comunidad. Raoul se aparta de esta con los ojos clavados en el camión al ver a un hombre bajar y acercarse a los timbres. No puede ver a qué piso está llamando, pero percibe que no hay nadie en él, pues no ha pasado un minuto cuando, preso de desesperación y calor, el hombre teclea un número en su teléfono y se lo lleva a la oreja.

Pasan dos minutos cuando un chico moreno aparece, atravesando la puerta que Raoul necesitaba abierta para poder continuar con su día. Sin embargo, la curiosidad por saber qué ocurre le incita a no escabullirse por la rendija que ha quedado abierta tras el joven. En cambio, clava sus ojos en él e intenta ponerle una identidad. Puede que sea el nieto de la vecina del quinto, o tal vez se trate de algún nuevo inquilino. Este último pensamiento pone nervioso a Raoul y no sabe por qué.

- Disculpe, estaba liado en el garaje.

Mentiría si dijera que Raoul no se ha quedado totalmente prendado del acento del chico. Un canario. Definitivamente no es nieto de la vecina del quinto, y desde luego se trata de un nuevo residente.

No escucha la respuesta del hombre del camión (de mudanzas, ahora entiende Raoul), puesto que estudiar al canario es mucho más divertido y gratificante. El corazón de Raoul aun intenta poner remedio a la hora de deporte a la que ha sido sometido, pero estar encerrado por decisión propia fuera de su casa mientras observa a un joven y atractivo intruso hacerse hueco en su hogar, no es de gran ayuda.

LAGOM: not too little, not too much. Just right. (Ragoney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora