Capítulo 27

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Supongo que quiero empezar este capítulo con un agradecimiento por el recibimiento del anterior. También quiero dar las gracias a todas las personas que se están interesando por la historia y me están ayudando a hacerla bien. Espero que os guste este primer capítulo en el camino de Raoul para sentirse bien. Es cortito, pero quería enseñaros un poco cómo están.

En cuanto a trigger warnings para este capítulo, y como todos los que vienen a continuación, uno de los protagonistas de la historia ha sido víctima de abuso sexual, así que puede estar cargado de inseguridad e inestabilidad. Como se aclaró en el último capítulo: van a buscar ayuda y van a estar bien.

Los primeros rayos de luz se hacen hueco entre las cortinas de Agoney y le deslumbran, a pesar de estar dormido. No ha tenido el sueño más profundo esa noche, así que cualquier movimiento, luz o sonido le hace despertar.

Se remueve bajo el edredón, tratando de volver a conciliar el sueño, pero la falta del calor de Raoul a su lado le obliga a abrir los ojos.

El día anterior lo acabaron entre cabezadas, así que no le sorprende ver a Raoul despierto y sentado en la cama, mirando la imagen del patio que se cuela entre las cortinas.

Agoney alarga el brazo y permite que sus dedos rocen la camiseta de pijama que cubre la espalda del menor. Raoul gira la cabeza, sorprendido por el roce.

Ha dormido tanto las últimas horas que se siente descansado y nuevo, pero sabe que Agoney ha estado muy pendiente de él y que le faltan horas de sueño.

- ¿Te he despertado? – susurra.

Agoney niega y vuelve a cerrar los ojos, hundiendo la cabeza en la almohada y cubriéndose más con el edredón. Le apetece mucho dormir en ese calor, mecido por una tranquilidad que hacía horas no sentía.

- ¿Estás bien? – pregunta Agoney, con la voz grave y rasgada por el sueño.

Raoul está tan acostumbrado a asentir por inercia ante esa pregunta que le cuesta parar para pensarlo y contestar con total transparencia. Total, no le queda nada para esconder de Agoney. Tampoco quiere hacerlo.

Se siente descansado y, tal vez se trate de un momento lúcido con poco futuro, pero se encuentra bien y arropado por una paz que llevaba días sin saborear. Se aferra a ello, aunque no sepa hasta cuándo va a poder hacerlo.

- Sí – contesta.

Vuelve a tumbarse en la cama y, aprovechando el brazo estirado con el que Agoney le ha acariciado la espalda, busca hueco entre él y su cuerpo y le abraza. Le deja un beso tímido en el cuello.

Agoney ronronea y se acomoda contra el cuerpo de Raoul, tan familiar como siempre.

Recibe el beso de Raoul en el cuello y se encoge por las cosquillas, pero se le escapa una pequeña sonrisa y suspira de alivio cuando escucha su respiración pausada envolviéndole. Es el mejor despertar que podría haber imaginado.

- ¿Qué hora es? – peca de curioso.

- Pronto – contesta Raoul. – Duerme un poco más.

A Agoney le parece una buena respuesta y se dispone a hacerlo, cobijando a Raoul entre sus brazos y sintiéndose afortunado, más afortunado que nunca. Raoul no daría crédito si pudiera escucharle los pensamientos.

Raoul aventura una de sus manos bajo la camiseta del canario, buscando calor y alivio instantáneos. Roza su cálida piel y le nota encogerse y gemir suavemente.

- Estás helado – comenta Agoney.

- Lo siento... - susurra.

Deja la mano ahí, apropiándose del calor ajeno. Le acaricia el costado cuando la diferencia de temperatura no es tan marcada y repite el beso en el cuello, donde mejor alcanza sin tener que moverse.

LAGOM: not too little, not too much. Just right. (Ragoney)Where stories live. Discover now