Capítulo 3: De vuelta a la rutina ☑

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Jueves, 5 de junio de 2014

- Lina, es hora de levantarse ¿no crées? Son las 7:30 y aún no te has levantado.

- ¿Qué? ¿Las siete y media? ¡No me va a dar tiempo a llegar al instituto! ¡No puede ser!

Me levanté corriendo de la cama y fui hasta el baño para asearme un poco antes de salir de casa. Llevaba el cabello revuelto, no quiero ni imaginar la posición en la que me he acostado para acabar así, qué desatre. ¿Cómo he podido quedarme dormida tanto tiempo? Seguramente con el fallecimiento de mi madre ayer se me olvidó establecer la alarma del móvil. Supongo que eso sería.

Me vestí en seguida: pantalones vaqueros ajustados, un top negro, que por cierto le encantaba a Mike y unas zapatillas de lona azules de Mustang. Desayuné un vaso de leche con galletas de chocolate y salí de casa, despidiéndome de mi padre con un pequeño pero dulce beso en la mejilla. Tuve que poner el turbo e ir corriendo al instituto si no quería acumular otro retraso más en clase.

De pronto, mi móvil vibró haciéndome pegar un pequeño brinco. Tenía un mensaje de WhatsApp, era Mike.

07:45 ¿Dónde estás? Había pensado ir contigo a clase.

07:46 Ah, lo siento Mike, iba corriendo hacia allí, estoy delante de la cafetería Sena. Si quieres puedes venir hacia aquí, te espero. No tardes que sino llegaremos tarde ja,ja,ja :)

07:47 Vale, voy para allá. No te vayas.

Dos minutos después, vi aparecer a Mike por la esquina de la cafetería, iba muy guapo, llevaba una camisa negra ajustada que remarcaba sus fuerte torso, una chaqueta de cuero (que por cierto, sería para hacerse el guay porque hacía algo de calor) y unos vaqueros con los bajos remangados. Cuando ya llegó a mi lado me saludó con dos tímidos besos que me hicieron temblar.

- Hola Lina, ¿cómo te encuentras? Antes... me he acordado de ti al pasar por delante de una floristería y bueno... te he traído esto, espero que te guste -me sonrió y seguidamente sacó una preciosa rosa del interior de su mochila, me quedé medio muda.

- G, g, gracias Mike, es un gran detalle por tu parte.. pues, estoy entre bien y mal, aún no me creo lo que ha pasado.

- No tienes que darme las gracias, lo he hecho por gusto -sonrió de nuevo y continuó hablando-. Y bueno... es normal, a mí me pasó lo mismo cuando mi abuelo falleció, lo veía todos los días ya que iba a comer a su casa y cuando murió fue extraño... era como si él en realidad siguiera conmigo, aun que sabía que no era así. Pero hay que ser fuertes y luchar hasta el final, ¿vale?

- Vale, lo intentaré, pero bueno, vayamos a clase que tengo ganas de ver a nuestros compañeros y de despejarme un poco que seguro que me hará bien. Ah, y una cosa, ¿tú es que no tienes calor con esa pedazo de chaqueta de cuero? Porque a mí me está entrando calor sólo de verte te lo juro.

- Oye, que si yo te produzco calor corporal sólo con verme no pasa nada, ¿eh? Que ya sé que estoy bien fuerte pero si puedes disimularlo más mejor -me dijo eso y empezamos a reirnos a carcajadas.

- No te lo creas tanto, anda, que eres un poco creído me han dicho -reí de nuevo.

- No me lo creo, sólo digo lo que la gente dice de mí, ¿eso es malo?

- Venga va, no seas tonto -conseguí decirle entre risas y seguidamente continuamos nuestro camino.

Llegamos al instituto cinco minutos antes de que tocara el timbre para entrar a las clases, tocaba Historia a primera hora. Uff, cómo odio esa asignatura, sólo con pensar en la profesora me deprimo. Era la típica profesora de sesenta y cuatro años que se encontraba a punto de jubilarse pero parecía que se hubiera comido a los dinosaurios. Y sí, es una buena idea sobre como se extinguieron. Yo creo que pasó así. Pero tampoco era momento para deprimirse. Así que intenté no pensar en ello.

La segunda clase era Biología, en la que me sentaba con Mike, que era lo único bueno de esa clase. Hoy tocaba aprender los músculos del cuerpo humano y demás. Vamos, que iba a ser un aburrimiento total.

Mi profesor, tan gracioso y espléndido como siempre, decidió hacerme una pregunta. Justo en ese momento.

- Lina, ¿sabes el nombre de algún músculo del cuerpo? -dijo el profesor al verme distraida mirando a cualquier parte.

- Eh, si... eh... -balbuceé. Después, apareció la voz de Mike.

- Sr. Larris, Lina está en un momento difícil de su vida y si no fuera mucha molestia me gustaría que se limitara a preguntar a otras personas y no a ella. Si pudiera ser -le dijo Mike con un tono de desprecio.

- Vale, está bien -contestó de mala manera.

Nada más acabar de hacer el típico cuestionario que hacen los profesores al principio de cada tema para ver si sabemos de que va, tocó el timbre de cambio de clase cuando Rose se me acercó tímidamente y con una mirada triste.

- Tía, ya me he enterado de lo que ha pasado y quiero que sepas que lo siento muchísimo y que me tienes aquí para lo que necesites. De verdad te lo digo -me dijo eso y nos enlazamos en un fuerte abrazo.

- Lo sé, Rose, muchísimas gracias. Pero prefiero no hablar de ello por ahora, ¿vale?

- Vale, tranquila.

Estaba harta, sé que era mi mejor amiga pero es que no quería que volvieran a mencionar a mi madre, vale que sólo querían ayudar a que llevara mejor la situación pero en esos momentos no quería sufrir más de lo que estaba sufriendo. Seguía siendo muy duro para mí.

13:50

Ya se habían acabado por hoy las clases (¡por fin!) y estaba deseando llegar a casa.

Me puse a escuchar música antes de ir a comer, cuando escuchaba las canciones, me sentía feliz. Nada podía quitarme esa felicidad en aquel momento, nada. O... ¿tal vez sí?

Siempre a tu lado ©Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin