Capítulo 17: Besos prohibidos y lamentos

801 32 0
                                    

Al día siguiente.

(Mensaje de Carlisa)

>4:18 Me parece genial que no me hayas contestado en toda la noche, ¿eh? Perfecto.

<10:57 No tenía ganas de hablar contigo cuando llegué a casa. No me parecía correcto. Si quieres puedes venir ahora a mi casa, y pides disculpas como es debido.

Contestó al instante, parece que esperaba esa respuesta.

> 10:57 Ohh, vale. En unos minutos estoy allí.

No quise responder. Después de ver el último mensaje de Carl empecé una nueva conversación con Lina.

< 10:58 Hola amor. ¿Cómo has dormido? Espero que bien. Carl va a venir a mi casa en poco tiempo, dice que se arrepiente de verdad, espero que no esté mintiendo. Te lo decía por si querías venir, ya que fue a ti a la que insultó.

> 11:00 Buenos días, Mike. Tranquilo no importa, puede ir si quiere pero lo único que te pido es que tengas cuidado.

< 11:01 Vale, lo tendré. Te quiero.

> 11:01 Y yo <3

Sonó el timbre de mi casa. Era Carlisa, claro. Dudé en si debía abrir o no. Al final opté por abrir.

- ¡Buenas Mike! -dijo con una sonrisa de oreja a oreja, como si no fuera consciente del daño que hizo.

- Corta el rollo y entra, creo que tienes algo que decirme.

- Ay, que cortante eres, siempre ha sido uno de tus defectos.

- Déjalo. Ya.

Fuimos al sofá del comedor. Mis padres no estaban, habían ido al centro comercial a comprar un vestido a mi madre para la cena familiar que preparamos todos los años.

- A ver, empieza a disculparte -dije con tono enfadado.

- Ay... vale, lo siento. No tendría que haberle dicho eso a Lina... Pero no puedo evitarlo, puede que ahora esté con Leo pero no consigo olvidarte, Mike.

- Lo que a ti te ocurra no es mi problema, te recuerdo que la que encontró un novio en Estados Unidos fuiste tú. Lo dejamos por ti, ¿sabes? Y ahora estoy con Lina y la amo.

- ¿Estás seguro de que la quieres a ella y no a mí? -decía mientras se desabrochaba la camisa de Zara que llevaba puesta.

- Carl, no, para. No quiero nada contigo. Ya sé de que vas. Y no me gusta un pelo tu rollo.

- Ja,ja,ja. No me hagas reir anda. Sé que te encanta este par que tengo aquí arriba -lo dice y empieza a acercarse lentamente a mí.

- No puedo, Carl. Estoy con Lina. Entiéndelo.

- No, no puedo entenderlo -y nada más pronunciar esas palabras se lanza en mi pecho y junta sus labios con los míos.

- ¡Carl! ¿Qué haces? Joder.

- Besarte, ¿no lo has notado? ¿O es que quieres que lo repita? Yo encantada.

- ¡No! ¡Claro que no! ¡Vete de mi casa ahora mismo, no te quiero ver nunca más! Uff... no podías estarte quietecita, ¿verdad? Dios, ¡vete!

Se levantó. Lentamente. Se abrochó la camisa. Fue hacia la puerta a la misma velocidad a la que levantó su culo de mi sofá.

Antes de abrir la puerta y marcharse, dijo unas últimas palabras:

- Volverás, Mike. Volverás a mis brazos.

Y cerró de un portazo. Me llevé las manos a la cabeza intentando pensar en qué podía haber pasado. ¿Cómo le he podido dejar que me besara? ¿De verdad le he dejado o ella me ha robado los labios? Creo que la segunda, yo nunca le haría eso a Lina. Pero ahora mismo no sé que decir. Voy a hablar con mi novia.

Bip, bip.

- ¿Hola?

- Hola, cariño. ¿Cómo estás?

- Muy bien amor. ¿Y tú? ¿Cómo ha ido con Carl?

- Mal, muy mal. Necesito verte y contarte lo que ha pasado.

- Por favor, Mike. No me asustes, de verdad. Me estoy empezando a poner nerviosa.

- Bueno, voy hacia tu casa. Te quiero, no lo olvides. No te voy a dejar.

- Pf... Vale. Y yo a ti.

LINA

Dios. Joder tengo miedo. No sé que puede haber pasado entre ellos dos en casa de Mike. Según Brad es una arpía que va de flor en flor así que no me extrañaría que haya intentado seducirlo. Veamos que me dice.

Ding, dong.

- Hola, Mike -lo abracé tan fuerte como pude, y lo miré con cara de preocupación.

- Hola preciosa. Vamos dentro a hablar -me dijo con voz seria.

- Bien...

Entramos lentamente, pasamos el pasillo y llegamos hasta mi habitación.

- Bueno, a ver. Antes de que te enteres por otra persona, te lo voy a decir yo porque quiero confianza contigo. Estábamos Carlisa y yo en el sofá de mi comedor, primeramente me pidió disculpas. Pero luego empezó a desabrocharse la camisa. Le dije que no siguiera, no quería nada con ella, ni quiero. Pero ella continuó intentando seducirme. Le intentaba parar los pies pero llegó un momento que se tiró sobre mí y me besó. No quiero que te enfades, porque no fue cosa mía, y tampoco sentí nada cuando lo hizo así que es buena señal. Te quiero a ti y solo a ti.

Joder, no era todo lo que quería oir todo hay que decirlo. Bueno, lo último sí, pero no lo demás. Solo sabía que no podía enfadarme. Fue capaz de decirmelo y eso significaba que no me escondía nada.

- No te preocupes, cariño. No me gusta nada escuchar que otra ha intentado besarte. Perdón, te ha besado. Pero no puedo enfadarme contigo ya que confío en ti y me creo que no haya sido cosa tuya, no te preocupes.

- Muchísimas gracias, en serio. No sabía cómo ibas a reaccionar. Mm... creo que voy a hacer algo para comer. ¿Qué te apetece?

- ¿En serio me vas a hacer elegir? Ja,ja,ja.

- Pues claro -dijo sonriente.

- Vale, pues me apetece un crêpe de chocolate -le contesté relamiéndome los labios.

- Oh, perfecto. Ahora vuelvo.

Me quedé acostada en la cama, dándole vueltas a todo lo que estaba pasando. Me jodía que la ex de Mike lo hubiera besado. Pero me encantaba que en ese mismo instante estuviera con él en mi casa, y mucho más aún que estuviera cocinando para mí. Mi madre siempre me decía que cuando un tío cocina para ti es que te quiere de verdad. Ella ya era experta, supongo, sabía lo que decía. La echo de menos. Pero sé que ella me sigue desde donde esté, la siento. Qué pena que no siga aquí para verme feliz con mi chico.

Ya olía a crêpe. El olor se escampaba por toda la casa. Me volví a relamer los labios, pero esta vez pensando no solo en el crêpe, sino en mis labios pegados con los de Mike.

Parece que ya estaban listos.

- ¡Lina! ¡Ya voy para allá! ¡Prepárate! Tienen una pinta...

- Muy bien, así me gusta. Ja,ja,ja.

Entró a la habitación con la bandeja llena de crêpes. La verdad es que sí que tenían buena pinta.

- Aquí tienes, preciosa.

- Muchas gracias cariño. Seguro que estan muy buenos.

- ¡Claro! ¿A caso lo dudabas? Ja,ja,ja.

- Mm... Pues sí. Ja,ja,ja.

- Ah, muchas gracias por tener tanta confianza en tu novio, ¡eh! Ja,ja,ja.

- Era broma tonto.

- ¡Ya! Yo también iba de broma. Por cierto, ¿dónde está tu padre?

- Ah, estaba dando una vuelta. No sé donde estará.

- Bueno, da igual. La verdad era solo por preguntar ja,ja,ja.

Siempre a tu lado ©On viuen les histories. Descobreix ara