Capítulo 29: La Respuesta (II)

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Me giré bruscamente al escuchar la voz de Carlisa. Tan cerca escuché su voz que podría decir que la tenía justo detrás mía pero, no estaba allí.

- Por favor, dígame que ha escuchado lo que yo acabo de escuchar -pregunté tímidamente a la camarera.

- ¿El qué? Yo no he escuchado nada -afirmó segura de lo que estaba diciendo.

- Lo digo en serio, no me mienta se lo suplico, estoy pasándolo muy mal. Por favor, dígame que lo ha escuchado. ¡Dígamelo! -gritaba y gritaba.

- Le juro que no he escuchado nada, confíe en mí.

- ¡No me lo creo! ¡Estoy seguro de que está compinchada con ella! ¡Sí, seguro que lo está! Y no os vais a salir con la vuestra para que lo sepáis. ¡Estoy harto ya! ¡Quiero que me dejéis ya en paz con mi vida y que me dejéis ser feliz con Lina, ¿vale?! Vamos a ver si os queda claro ya.

- Perdone, ¿cómo se llama?

- ¿Que cómo me llamo? Me estoy empezando a cabrear muchísimo, no sabe cuanto. ¡Así que dígame dónde está Carlisa o juro que llamo a la policía!

- Relájese señor. No sé de que me está hablando se lo puedo jurar. Tranquilícese. Yo le voy a ayudar con su problema pero por favor tranquilícese porque de esta manera no vas a llegar a ninguna parte y lo único que puede conseguir es meterte en problemas.

- ¡Que estoy cansado ya! Por favor, ¿de verdad no sabe dónde está? -dije desesperadamente con lágrimas cayendo de mis ojos ante un momento de ansiedad.

- No, lo siento mucho. No sé tampoco de que me está hablando. Pero me lo puede contar cuando esté más tranquilo. Anda, tómese algo, invita la casa.

Estaba preocupado, muy preocupado. Lina estaba en el hospital con John, cosa que no me hacía verdadera gracia, por muy agradecido que estuviera con él por cuidar de ella mientras estaba allí. No pude encontrar a Carlisa, otro gran fallo de esa tarde. Estuve contándole todo lo que había pasado con Carl a la camarera de Támesis, que parecía interesada con el tema, casi podría afirmar que era psicóloga, pero no lo era, sólo se le daba bien atender a la gente. Parecía haber entendido lo que me pasaba y me dijo que me ayudaría en lo que fuera si lo necesitaba. Para ser sincero, aquella mujer me tranquilizó bastante y se lo agradecí.

- Muchísimas gracias de todo corazón por el apoyo que me ha dado, ha sido una gran ayuda para mí.

- No se preocupe, no ha sido una molestia -me contestó sonriente.

- En serio, gracias -le contesté nuevamente con otra gran sonrisa-. Ya nos veremos.

- Por supuesto, ya me dirás que tal. ¡Que pases bien el resto del día!

- Igualmente. ¡Hasta luego!

Me fui a casa ya que no tenía nada más importante que hacer. Ya estaba cansado y creía que no era hora de seguir buscando a Carlisa, y menos después de como me había puesto en la cafetería.

Cogí el móvil con la esperanza de ver algún mensaje de Lina o de John diciéndome que todo iba bien y que no me preocupara pero lo único que pude ver en mi barra de notificaciones fue lo siguiente:

1043 mensajes de 2 conversaciones.

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Y sí, todos esos mensajes eran de los dichosos grupos que se dedicaban a petar mi móvil de memoria enviando siempre chorraditas, desde chistes hasta las aburridas cadenas que la gente manda por aburrimiento. Sí, todas esas. Como las que te dicen que dentro de veinte días tu madre morirá o que incluso tú lo harás... todo eso son chorradas y no me lo creo. ¿Y con la publicidad qué hice? Pues eliminarla directamente.

Llegué a casa por fin y mi madre aún no había llegado. ¡Qué pesada era con las compras! ¡Y lo peor es que cuando viene de vuelta, igual no tiene ni una bolsa en la mano! Yo eso, desde mi punto de vista es desperdiciar el tiempo. Si no te vas a comprar nada, ¿para qué vas? Aun que bueno, siempre está esa posibilidad que hemos hecho muchas veces los jóvenes de ir "de compras" pero sólo para ver la ropa. Lo admito, yo sí que lo he hecho.

Entré en mi habitación y me acosté en la cama para relajarme un poco, ya era casi de noche, la luna ya se veía resplandeciente en el cielo, pero al rato pensé: ¿Relajarme para qué? Yo me pongo a escuchar música y arreglado. Dicho y hecho, cogí mis altavoces favoritos y los enchufé al móvil para escuchar mi radio favorita: Z100 NY. Si no subí el volumen al máximo no hice nada.

Estaba sonando la canción All About That Bass de Meghan Trainor cuando de pronto, la música cesó de golpe. Encendí la pantalla del móvil para comprobar que la conexión Wi-Fi no se había desconectado y esa fuera la causa de la repentina pausa, pero no. Esa no fue la respuesta, de hecho la radio seguía encendida, pero no se oía ni siquiera un pequeño ruido. De la nada, apareció una imagen negra con un nombre grabado en cursiva situado en el centro:

Leonard.

Noté como unas manos aparecían de detrás de mí que me taparon la cara sin darme tiempo a reaccionar, me habían dormido con cloroformo.

LEONARD

- ¿Carlisa?

- ¿Sí, Leo?

- Ya lo tenemos. Te lo llevo ya. Voy de camino.

- Excelente trabajo, estoy muy orgullosa de ti. Tráemelo sano y salvo y procura que nadie te pille llevando al cuerpo en el coche.

- Descuida, está todo bajo control.

- Así me gusta. ¿Sabes algo de Lina?

- No, no sé nada. Tanto no he podido averiguar, bastante que he conseguido a Mike, cosa difícil.

- Bueno, pero esa será tu próxima misión, así que ve mentalizándote. Tendrás que librarte de John también, así que a ver como te las apañas.

- Lo conseguiré.

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La Respuesta contará con un capítulo más, así que no os desesperéis, ¡el viernes estará subido! ¿Conseguirá Mike escapar de las manos de Carlisa? ¿Qué pasará con John? ¿Se desvelará la Respuesta de una vez por todas? Todas estas cuestiones se responderán en... Capítulo 30: La Respuesta (III) disponible a partir del lunes 13 de octubre :)

A.C.Martin

Siempre a tu lado ©Where stories live. Discover now