Capítulo 11: Amores opuestos y otros tipos de amor

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Uff, que mal me ha sentado lo que me acaba de hacer Rose, vuelvo a ser yo, Lina. No me esperaba eso de ella. Es una chica sencilla y simpática, ¿cómo le puede gustar esa cosa? No penséis mal, todo esto no es porque ella sea lesbiana o como lo quieras llamar, me da exactamente igual, la quiero de la misma manera. Pero, sé que Kaytlin le va a hacer daño, y no quiero eso para mi mejor amiga. No voy a ser una arpía como ella, no le voy a seguir el juego, pero ya tengo algo con lo que chantajearle si me hace algo a mí o a mi amiga. Esperemos que no pase nada.

*Bip bip* - era Mike -

- Hola, cariño - le dije -.

- Buenas, Lina West. ¿Cómo estás?

- No muy bien. Acabo de discutir con Rose.

- ¿Y eso? ¿Qué ha pasado?

- Voy de camino a casa, ven si quieres, estoy sola.

- Vale, en diez minutos llego.

- Perfecto. Hasta ahora, te quiero.

- Te quiero.

Llegué a casa al mismo tiempo que él, entramos juntos. No me preguntó nada hasta sentarnos en la cama de mi habitación. No me quería presionar. Empecé yo a contarle todo, se quedó impresionado, no pensaba que a Rose le gustaban las chicas, pero aún así no le importó.

- Deberías llamarla y hacer las paces con ella. Creo que le pasa algo más aparte de lo que te ha contado.

- Tienes razón, la llamaré, pero no te preocupes por mí. ¿Quieres hacer algo?

Y tanto que quería, no me contestó, simplemente reaccionó. Me empezó a besar apasionadamente, mucho más que como lo había hecho antes. Empezó a acariciar mi cuerpo intensamente. Parecía que iba a ocurrir... ya sabéis. Pero no quise dejarme llevar, tampoco llevábamos tanto tiempo juntos, aunque nos conociéramos desde el colegio. Le paré el carro.

- Un momento, para. Creo que eres el chico adecuado y me parece que eres perfecto, pero necesito algo más de tiempo. No quiero hacer mucho más de lo que ha pasado hoy. ¿Vale? Aún no estoy del todo preparada.

- Tranquila, no me importa. Esperaré el tiempo que haga falta, te amo y te voy a amar siempre. Nunca te fallaré.

- Uff, no seas tan pasteloso conmigo que me derrito con tus palabras. Eso es lo que quieres conseguir, ¿no? Ja,ja,ja. Eres malo.

- Es verdad, soy malo, no te diré lo que pienso de ti ni de nuestra relación. Lo prometo.

A ver cuánto tarda en decir algo. Tres, dos, uno...

- Vale, me rindo. No puedo cumplir esa promesa. Necesito decir al mundo lo que siento por ti.

- De verdad, que pasteloso eres. Incluso más que yo. Ja,ja,ja. Pero te quiero y aprecio.

Después de pronunciar aquellas palabras, llamaron a Mike.

- ¿Sí? Ah, hola mamá. ¿Qué querías? Vale, vale. ¡Que sí! Uff, ¡que ya voy!

Colgó.

- Lo siento cariño, me tengo que ir. Te quiero.

Me dio un último beso y fue corriendo hacia la puerta.

- ¿Qué ha pasado? -grité desesperadamente-.

Pegó un portazo, sin contestarme. ¿Habría pasado algo malo?

Siempre a tu lado ©Where stories live. Discover now