- ¡No llevamos más de dos horas fuera y ya nos están lloviendo los vergazos! –se quejó Jafet por encima de los ensordecedores disparos.
- ¿Dónde están? –preguntó Halston.
- ¡Creo que por el este! –gritó Vanessa.
Jafet estuvo a punto de ponerse de pie para asomarse, pero lo detuve.
- ¿Qué crees que haces?
- Los vidrios están reforzados –me calmó.
- Ajá, ¿y habían recibido balas antes? No sabemos cuánto durarán...podrían quebrarse en cualquier minuto.
- ¿Dudas del buen trabajo de la Soledad?
Me encogí de hombros. Jafet puso los ojos en blanco e ignorando todas nuestras quejas se puso de pie y asomó por la ventana.
- Por el este...es decir, la derecha –el chico frunció el ceño mientras la bala que tenía que atravesar su cabeza quedó pegada en el vidrio de la ventana.
- Son dos francotiradores, creo.
- ¿De Cranston? –preguntó Halston nerviosa.
- ¿Quién más tiene ese maldito equipo? Debí quedarme en la Soledad –se quejó Sam luego de mucho tiempo callada.
- Hay que hacer algo, no podemos dejar que den aviso a Cranston –afirmé.
- Sería nuestro fin –concordó Alex.
- No creo que hallan avisado a Cranston –nos sorprendió Vanessa- Es decir, en ese caso, lo habrían esperado en vez de atacar. Y él, no lo hace así...a distancia.
- Es cierto, a ese maldito le gustaría vernos a la cara –Jafet hizo una mueca.
Fue entonces que escuchamos el último disparo y toda la llanura se llenó de un inquietante silencio. Todos esperamos expectantes.
- Creo que nos hablan –avisó Sam señalando la ventana trasera.
Todos nos asomamos temerosos, pues con todo y cristales blindados, no nos sentíamos seguros. Detrás de nosotros, la camioneta blanca de Alan y el resto, encendía y apagaba sus luces delanteras tratando de llamar nuestra atención.
- Siguen vivos –afirmó Jafet.
- Al menos uno de ellos.
- Gracias por el apoyo, Alex.
- Para eso estoy.
- Debieron haberle disparado a la radio –supuse- ¿Ahora qué? ¿Por qué se detienen?
- Vienen por nosotros –afirmó Jafet- Es hora de enfrentarlos...
- ¿La monto? –preguntó Alex emocionado.
Jafet lo miró pensativo.
- No, es demasiado, esa hay que guardarla para verdaderas emergencias.
- ¿Para que la queremos si nunca la vamos a usar?
Justo en ese momento, una ráfaga de balas golpeó contra el lado derecho de la caravana, sacudiéndola. Una de las ventanas terminó por romperse y un pedazo de cristal cayó al suelo, dejando un agujero del tamaño de un plato por el que entraron las balas que atravesaron el pasillo y golpearon el otro cristal. Jafet se arrojó al suelo.
- ¿Estas bien? –le preguntó Halston preocupada.
- Sí, pero necesitamos hacer algo ya.
- Contrataca –afirmé mientras le daba la señal a Halston.
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Pandemia Parte II
Science FictionHan pasado seis meses desde que la Comunidad del Mono dejó Newbury Place decepcionados. Entre zombis, desastres naturales, catástrofes nucleares, sobrevivientes locos y todo tipo de amenazas, los chicos continúan la búsqueda por sus padres mientras...