Capítulo 24

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Jafet, sin mucho ánimo, le dio la mitad de las fichas a Halston y a Alex para que salieran a divertirse. Por mi parte, aunque prefería mil veces ir con ellos y perderme un rato en aquel parque recreo, permanecí con mi amigo para que no se quedara solo. Decidimos que nuestro próximo y más certero movimiento, sería encontrar información. Era una oportunidad única, normalmente nos enterábamos de todo gracias a la radio, pero era imposible hacerle preguntas directas a Jay y Riley, pero en ese momento, podíamos preguntar y recibir las respuestas que necesitábamos.

Caminamos unos cuantos minutos hasta llegar a donde una vendedora nos había indicado que encontraríamos a los trovadores, viajeros que iban y venían de un lugar a otro para recopilar y esparcir las noticias. Se trataba de una gran explanada llena de vendedores ambulantes y unos pocos puestos, había grandes círculos de personas que presenciaban pequeños actos de magia o escuchaban a otros relatar sus hazañas contra los zombis.

- ¿Dónde está? –pregunté.

- Dijo que tenía barba y vestía de rojo –recordó Jafet.

- Hasta donde sé, podría ser Santa Claus –me quejé- ¡Ahí!

No muy lejos de nosotros se encontraba nuestro sujeto: un hombre de unos treinta años, de piel clara y una bien peinada barba marrón como su cabello, traía un viejo saco rojo con una camisa blanca y unos vaqueros rotos con una espada colgando de la cintura, estaba sentado sobre una pila de cajas de madera haciendo grandes gestos y señas con las manos mientras hablaba con voz rasposa a un pequeño grupo de personas.

-...y entonces, salté sobre ella y la bestia rugió una última vez.

Las personas a su alrededor comenzaron a murmurar entre ellos, asombrados con la historia que acababa de relatar mientras el hombre observaba su reacción, orgulloso, pero entonces se fijó en nosotros.

- ¡Ah! Llegan algo tarde, pero por un par de créditos podría repetir la historia de cómo acabé con cincuenta servuks con un bolígrafo...

- ¿Es eso posible? –preguntó Jafet dudoso.

- Diez créditos y descúbrelo.

- Espera, dijiste ¿servuks?

- Sí...servuks, así les dicen algunos en el sureste, tienen muchos nombres: errantes, bestias, servuks, comecerebros, caníbales, etc... ¡La lista completa por diez créditos!

- ¿Tu eres aquel que llaman Graham?

- Depende de quién pregunte.

- Queremos información.

- Graham, el mismo, diez créditos por pregunta, esa es la tarifa.

Jafet frunció el ceño y buscó en su bolsillo las fichas y las entregó, Graham las contó con el rostro iluminado.

- Bien, bien... dos preguntas... ¿Qué preguntas le tiene al viejo Graham? He estado en los cuarenta y ocho estados del país, ido y venido a Canadá y México, tenido contacto con amigos en Europa y Asia, pregúntenme y les responderé.

Jafet y yo nos detuvimos un instante pensando bien nuestras preguntas.

- ¿Qué hay por Nevada? ¿En las Vegas? –preguntó él.

- ¡Ah! ¿Van hacia las Vegas? Bueno, hace unos días conocí a un ex-marine, venía de Nevada, un desertor. Ahí esta Línea de Fuego, así le llaman ellos. Con el invierno, los demonios bajan hacia el sur en hordas titánicas, miles de ellos en enormes grupos...el ejército, o lo que queda, tratan de frenar su entrada al Este, protegen la California. Las Vegas está detrás de la Línea de Fuego, por ahora, pero sé que esta desierta, recién fue evacuada cuando los zombis se aproximaban. Si quieren ir hacia allá no podrán hacerlo en línea recta sin toparse con el campo de batalla, tengan mucho cuidado, la Línea de Fuego es muy asimétrica, no es recta.

Pandemia Parte IIWhere stories live. Discover now