Capítulo 25

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Jafet fue a buscar a Alan mientras trataba de localizarlos por el radio, mientras yo iba en busca de Alex y Halston; ambos habíamos acordado que lo mejor era salir de allí en cuanto antes. Temíamos las repercusiones que podría traer la reacción de Graham sobre el sello. ¿Qué demonios significaba? ¿Muerte? ¿Destrucción? Traté de pensar todos los lugares donde lo había visto antes: en el antebrazo de Terrence, en su espada, en Nashville...Rawvanna, eso era, en cuanto tuviera la oportunidad le preguntaría al respecto hasta obtener respuestas.

Pero había algo más que me molestaba, ¿cómo afectaba ese símbolo nuestra búsqueda en Las Vegas? Al principio me sentí un poco decepcionado cuando el hombre nos contó que el lugar estaba desolado, pero la esperanza volvió rápidamente cuando explicó que se trataba de noticias viejas. Y ahora, con lo del extraño símbolo en el diario, no estaba más que confundido.

Di varias vueltas por el Mercadito en busca de mis amigos, me topé con todo tipo de cosas espeluznantes. Recuerdo especialmente, un viejo remolque convertido en Hostal, sin embargo, más bien parecía una casa del terror de alguna vieja feria, ¿Quién podía hospedarse allí? Al final, luego de una larga y algo cansada búsqueda, encontré a los chicos. En medio del cruce entre cinco pasillos distintos, se encontraba una enorme carpa amarilla bien sostenida por altas vigas de madera, el área estaba acorralada por unas gruesas cadenas y había una decena de guardias allí, dentro se encontraban una decena de distintos objetos...parecía una venta de antigüedades. En cuanto vi la cabellera rizada de mi amigo detrás de una enorme vitrina llena de trofeos viejos, corrí a su encuentro.

- ¡Ahí están!

Alex y Halston observaban un viejo automóvil negro mientras degustaban una paleta de hielo azul y verde, respectivamente.

- Ah, hola Logan –me saludó Alex.

- ¿Cómo les fue? –me preguntó Halston sonriente.

- Larga historia –les dije- ¿Qué hacen aquí? Tenemos que irnos...larga historia.

Los chicos me miraron confundido.

- Cinco minutos más –pidió Alex- Aún no terminamos el recorrido.

- ¿Recorrido?

- ¡Sí! Este es el primero que usaron para el Carro Fantástico –explicó Halston señalando el auto.

Entonces me tomé el lujo de observar a mi alrededor y terminé muy sorprendido. Para empezar, la vitrina que había descrito antes, estaba llena de trofeos sí...pero se trataban de verdaderas estatuillas de los Oscar, Grammy y un par de placas de los Nobel. Detrás de mí, había otras vitrinas repletas de todo tipo de objetos: desde armas antiguas hasta documentos, incluso se encontraba la cabeza de un Tiranosaurio Rex.

- ¿Qué es esto?

- Un museo, cosas que han robado de otros museos...o casas de famosos –explicó Alex-. Las venden, de hecho, me gustó ese DeLorean...

Seguí su dedo y lo vi, no muy lejos de nosotros, junto a una de las vigas se encontraba una auténtica máquina del tiempo DeLorean, sin pensarlo, corrí a verla.

-...es uno de los siete originales de las películas, me parece que es el de la segunda –explicó Alex- Lo tomaron de Universal Studios...por allá hay una Máquina del Misterio...y un Ecto-1... ¿Ya mencioné que las venden?

- Aquí vine de nuevo –Halston puso los ojos en blanco.

- ¿Podemos comprarlo? ¡Di que sí! Son solo mil doscientas fichas...sé que si buscamos correctamente en la Caravana podremos conseguirlas. Lo compartiremos...

De un momento a otro olvidé todo lo demás que tenía en la cabeza, tenía enfrente mío el automóvil de Volver al Futuro, al abrir una de las puertas –con algo de dificultad- solo pude sentir un impacto de nostalgia al recordar cuando quedaba con Alex y Vanessa para ver algunas películas antiguas, fue algo mágico.

- ¿Qué a nadie le importa la Campana de la Libertad? –preguntó Halston, detrás del DeLorean se encontraba la reliquia nacional suspendida en una base de madera.

- No en realidad –admití.

- Apuesto a que fue más difícil robar esta de Universal Studios que ese vejestorio de Filadelfia –se aventuró Alex-. ¿podemos comprarlo?

- ¿Tenías algo importante que decirnos, Logan?

- Eh...sí –volví a la realidad- Tenemos que irnos... ¡demonios! ¿Ese es un condensador de flujos?

- ¿Por cuantas fichas nos dejarán conducirlo a ochenta y ocho millas por hora solo para ver qué pasa? –preguntó Alex.

- Olvídalo –me alejé del auto- Tenemos que irnos, hay que buscar a Derek y ver si ya salió.

- Solo han pasado un par de horas, ¿ya estará listo? –preguntó Halston insegura- No puede irse hasta mañana.

- Bueno al menos déjenme probarlo –soltó Alex al mismo tiempo que escuché el rugido de un motor.

Al girarme, pude ver a mi amigo ocupando el asiento delantero del DeLorean, con ambas manos al volante y el motor en marcha, observé de reojo que los guardias comenzaban a acercarse amenazadoramente.

- Alex, baja de ahí –le regañé entre dientes.

- Ya voy, ya voy –soltó Alex apurado- Es solo que tenía que saber que se siente.

- ¡Alex! –soltó Halston.

- No pasa nada ni que fuera... ¡Ah!

El motor rugió al mismo tiempo que Alex gritaba y, accidentalmente, arrancaba en reversa con fuerza estrellándose con la campana, que cayó al suelo hecha trizas, y toda la parte trasera del auto se abollaba y comenzaba a humear.

- ¡¿Qué carajos hiciste?! –estallé.

- ¡Oh, gran Scott! Lo siento, lo siento...fue un accidente –se disculpó el chico.

En pocos segundos, una docena de enormes guardias uniformados ya nos rodeaba, apuntándonos con sus armas. 

Pandemia Parte IIHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin